No insistas

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Estaba sentada en la cama cuando comenzaron a tocar la puerta, no quería abrir porque me verían con los ojos rojos de tanto llorar.

-¿¡Que!?.- dije sin ánimos y ya desesperada de tantos llamados, enserio que era molesto.

-¿Puedo pasar?.- nuevamente Mario estaba molestándome.

-¿Que quieres?.- abrí la puerta de golpe, justo cuando la abrí Mario se lanzo sobre mi y me abrazo fuerte.

-Por favor ,___ no te vayas, por lo que mas quieras no me dejes, te enecesito conmigo, te necesito para vivir, te necesito en mi.- Comenzó a llorar y no me soltaba, besaba mi nuca con desesperación y no dejaba que me apartara de el.

-En primera sueltame porque me estas lastimando y en segunda no insistas, tu fuiste el que dijo que era mejor separarnos, ya tome una decision así que por favor vete de aquí no hagas las cosas mas difíciles.- Las lágrimas corrían por mi cara y era inevitable llorar, apuesto a que estaba roja de coraje.

-No me digas eso por favor, te lo e dicho siempre, eres indispensable para mi, no te puedes ir de aquí y dejarme sin nada, te amo y siempre te amare por favor entiende, no quiero que te vayas.

-No.

-¿Es tu ultima palabra?

-Así es, con permiso.- tome mi bolsa y comencé a bajar las escaleras ya era hora de irme.

-_____,.- volví la mirada y Mario junto nuestras caras en un beso, estaba desesperado y podía sentir su impotencia por querer detenerme, pero en ningún momento le correspondí.- Te voy a extrañar demasiado, sin ti nada sera igual, solo te pido que me perdones.- Me soltó y termino de bajar las escaleras llego a la puerta de la entrada y tomo mis maletas una en cada mano.- Yo te voy a llevar al aeropuerto.- salio de la casa y me dejo ahí parada sin nada que decir termine de bajar las escaleras y cuando abrí la puerta Mario ya estaba en el carro con las manos en el volante y el cinturón  de seguridad puesto.

Subí al auto y sin decir nada me abroche el cinturón y enseguida arranco, podía notar sus nudillos blancos de tanta fuerza con la que agarraba el volante, su quijada estaba apretada al grado de que le dolia, podía notar sus ojos de tristeza y dolor. Me dolía verlo así, me dolía dejarlo.
Cada que aceleraba sentía su enojo, sentía su dolor, sentía como quería que esto terminara. No cruzamos ni la mirada en todo el camino, todo era silencio, un silencio muy incomodo. Llegamos al aeropuerto muy rápido. Bajo y azoto la puerta, abrió mi puerta y enseguida abrio la cajuela, bajo mis maletas y me acompaño hasta la sala de espera, faltaban quince minutos para que mi vuelo despegara así que me senté, Mario se sentó frente a mi con los brazos cruzados y la vista fija en cualquier lugar menos yo.

-Oye.- dije de la nada, no sabia que le iba a decir pero ya no podía con el silencio.

-Mande.- contesto rápidamente viéndome fijamente a los ojos

-Te amo.- salio de mi boca sin pensarlo y sin desearlo.

-Sabes que yo te amo mas.- dijo con la voz en un hilo.

-Esto no es un adiós.- dije de la misma manera.- Te veo pronto ¿si? Solo quiero que sepas que puedes hacer tu vida normal, puedes conocer gente y relacionarte con alguien mas, no te detengas por mi.

-¿Como me pides eso? Tu eres la única en mi corazón y en mi mente, que te vayas no significa que te dejare tan fácil y aunque tu digas que entre nosotros no hay nada para mi  hay todo, así que no me pidas que haga mi vida normal porque no va a ser así. Extrañare despertar contigo entre mis piernas, extrañare desayunar comer y cenar contigo, voy a extrañar tu cuerpo húmedo después de bañarnos juntos, voy a extrañar tus mejillas rosadas cuando duermes, tu mano sobre la mía mientras manejo, tu aroma exquisito, voy a extrañar tus ojos, tu sonrisa, todo de ti, no me pedidas que haga mi vida normal, así como yo te voy a pedir que no des por terminado lo nuestro, ahora te digo ¿Segura que te vas?.- Se paro de la silla y se acerco a mi, se inco y tomo mis manos.- Te amo y nunca lo dejare de hacer, te amo.

-Estoy segura Mario, me voy y no pienso regresar pronto, lo siento, yo también te voy a extrañar, voy a extrañar que te comas mi helado, voy a extrañar que me despiertes a besos, voy a extrañar tus trampas para bañarnos juntos, voy a extrañar el roce de tu cuerpo con el mio, voy a extrañar tu copete aplastado por las mañanas pero perfecto a medio día, voy a extrañar que me abras la puerta del auto y que me tomes de la cintura, ¿Pero sabes algo? Siempre seras mi Caballero, a pesar de todo, siempre seras tu y nadie mas.

-Pasajeros de el vuelo 1330 destino Londres favor de abordar.- Me lance a sus brazos y me aferre a el, no quería irme pero era lo mejor para todos, tal vez de esta manera Ámbar sea feliz y deje de meterse en nuestras vidas.

-Te voy a extrañar mucho mi amor.- Mario me tenia enganchada a el, frotaba su mano en mi cabeza y la otra la tenia en mi cintura.

-Yo también.- dije ya con lágrimas en los ojos. - Me tengo que ir, hazme un favor y se feliz.- Tome mis maletas y me dirigí a la entrada para abordar.

-¡____!.- Mario corrió hasta donde yo estaba.- Siempre juntos, siempre, no importa lo que pase.

-Mario yo...

-Esto no termina aquí te juro que haré todo para que estés conmigo siempre.

No dije nada y comencé a caminar adentro de el avión, sin pensar en nada, solo con las palabras de Mario dando vueltas en mi cabeza.

Narra Mario.

Y ahí va mi mundo,no se que va a pasar ahora pero de algo si estoy seguro, haré hasta lo imposible por que ella este conmigo el resto de mi vida. Porque ella es el amor de mi vida, es la única que adoro, me robo el corazón. Es mia, mía y de nadie mas.
No es que quiera que se vaya al contrario, se lo que debes estar pensando "¿Que esperas Mario? ve por ella y lucha por su amor" pero lamento decir que es mejor que ella este lejos de mi, quiero que este bien que siga adelante y por mas que quiera detenerla ya se fue.

Espere unos minutos a que el avion despegara y sin nada que hacer me dirigí a mi auto, mientras iba manejando las lágrimas se hicieron presentes en mis ojos y recuerdos de mi novia recorrieron mi mente.
Como esa vez en Paris, cuando su pequeño cuerpo y el mio se hicieron uno, como la primera vez que fuimos a cenar, como cuando hicimos una casita en medio de el salón de su casa, todo era perfecto, todo gracias a ella.

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••MI CABALLERO••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora