La mujer de mi vida

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Narra Mario.

-Señor por favor, entienda que ,____ y yo somos novios...- el mayordomo me estaba empezando a estresar, no me dejaba entrar y ya le había explicado mil y un veces quien era.- sabe que, no puedo seguir perdiendo mi tiempo.- y fue ahí donde decidí actuar, puse una mano sobre la puerta y lo hice a un lado, entre corriendo hacia donde fuera, cuando vi que alguien entro a lo que parecía ser la cocina y creo que era ,_____.

Cuando entre la vi de espaldas con un vaso en la mano, salí de la cocina y le mande un mensaje esperando que esta vez si lo viera. Cuando vi que agarro su teléfono y enseguida contesto mi mensaje confundida entre a la cocina y podía jurar que su boca caería al piso.
Fui hasta donde estaba parada y la abrace fuerte, quería que supiera que la amo, que la amo y no había ningún obstáculo que me impidiera estar con ella, la abrace para que sintiera que todo estaría bien, porque si ella esta conmigo soy fuerte y puedo con cualquier cosa que se interponga.
Andre entró a la cocina pero lo ignore por completo, se quedo callado cuando vio a ,____ abrazada a mi.

-Estas loco Mario ¿que haces aquí?.- Tenia lágrimas en los ojos.

-No podía dejar que te fueras así de fácil.-

-Pero.....- no deje que terminara y junte nuestras caras en un beso, necesitaba besarla, necesitaba sentirla, respondió mi beso y envolvió sus brazos en mi cuello.

(...)

Subimos las escaleras directo a la habitación, supongo que quiere hablar conmigo y quiere una explicación a todo esto.

-¿Que estas loco o que?.- dijo cerrando la puerta atrás de ella.- Mario se supone que te deje en México para que pudieras vivir en paz y vienes atrás de mi para seguir teniendo problemas, no te entiendo.

-¿No entiendes? Si no te tengo ¿como quieres que sea feliz y pueda vivir en paz? ,_____ te amo, estoy loco por ti, eres la única en mi vida, eres mia. Quiero que siempre estés conmigo, quiero despertar contigo todo el resto de mi vida, porque te amo.

No dijo nada estaba viéndome fijamente a los ojos, derrepente desvío la mirada a su celular que estaba sonando en la cama, volvió a verme, ignoro por completo la llamada, estaba seria, pienso que estaba analizando las cosas, solo la veía con cara de perrito suplicando que no me corriera de la casa y me mandara en el primer vuelo a México.

-Sabes, si no tuviera una herida de siete centímetros en mi estomago y vendas que apenas me dejan respirar, en estos momentos te estría violando Bautista.- cuando dijo eso un suspiro salio de mi boca y una sonrisa enorme se asomo en mi rostro, su risa y la mía fueron una y ahí fue donde supe que todo estaba bien.- Eres lo mejor que me a pasado, te amo, te amo.- comenzó a besarme.- Te amo.- decía entre beso y beso.

-Definitivamente eres la mujer de mi vida.

(...)

Estaba acostado en la cama viendo los juguetes en la repisa del cuarto de ,____ eran muy coloridos y para haber pasado tanto tiempo están en muy buen estado, en la otra repisa había libros y enfrente de la cama un guardarropa lleno de vestidos de princesa, me encantaba imaginarla probándose uno por uno todos los días.
Escuche como la regadera del baño dejo de funcionar, llevaba un buen rato ahí adentro.

Narra ,______.

Cerré la llave de la regadera y tome la toalla para secarme, una sonrisa pervertida se asomo en mi rostro, volví los ojos al espejo del baño empañado pase mi mano para quitarle el vapor y me vi, estaba húmeda y hoy es de esos días en los que me siento bonita, me siento poderosa, hace tiempo no tengo acercamientos con Mario, creo que ya es justo una buena escena.

Deje la toalla a un lado, puse mi mano sobre la perilla y sin pensarlo la abrí, vi a Mario sobre la cama y sin decir nada y sin voltear a verlo salí del baño y desfile por el cuarto moviendo mis caderas hasta la maleta sobre la cama, podía notar como los ojos de Mario estaban sobre mi y podía jurar que su boca estaba tocando el piso y podía notar un hilo de baba, estos son los momentos que mas disfruto, sentir que su mirada esta en mi y nada mas.

-¿Negra o blanca?.- alce dos playeras pidiendo su opinión.

-Ninguna.- dijo con voz ronca.

-¿Rosa?.- saque otra blusa.

-No, ninguna.- apenas podía hablar, podía ver la lujuria corriendo por sus ojos y me hacia sentir bien conmigo misma.- Quiero verte asi.

No dijimos nada y clavamos nuestras miradas, ya no estaba viendo nada mas que mis ojos, su respiración era lenta, y sus labios se remojaban lentamente, como si de un helado se tratara. Yo tragaba saliva, sintiéndome nerviosa y podía sentir como el corazón subía por mi garganta. Esto era la cosa mas prendida que alguna vez pudimos hacer.

...
Uno chiquito porque se me emocionan.

••MI CABALLERO••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora