Capitulo 28 Muerte, guerra y milagros

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-El collar lo tuve que destruir sino algo me sucedería-dijo Dömin con un tono triste
-¿Qué podría haber paso si no lo hubieras hecho?-dijo su hermano preocupado
-Me enviaba a mi propia muerte  junto con ella la de mi familia-dijo con pena
-¿Pero cómo?-dijo preocupado
-El collar tenía en el interior las voces...-dijo ella
-Si lo se pero ¿cómo algo minúsculo como era ese collar te llevaría a la muerte?-dijo Läncee
-Me seduciría a hacer cosas que no deseaba, si eso era matarme Fili con el tiempo lo haría y mi hija también-dijo ella
-Un linaje maldito debe tener un destino horrible...me alegra que lo hayas podido saber antes del terror-dijo Läncee aliviado
-Aunque eso también implica una maldicion con el linaje-dijo mirándolo a su hermano con angustia
-Claro con tanto mal que aquellas cosas deseaban debieron hechizarlas cruelmente-dijo Läncee
-Lo sé-dijo ella bajado la cabeza
-No quise herirte dijo lance levantándole el meto
-Claro que no lo interprete así solo que...-dijo desanimada
-Es raro que te llamen de esa forma y te vean así-dijo lance
-Si-dijo ella
-¿Cuál es la maldicion?-dijo su hermano
-Una de ellas es la prohibición de tener descendencia-aviso rápidamente
-¿Qué?-dijo sorprendido
-Esto solo ocurre con la primogénita-dijo tranquilizándolo
-Pero eso es mentira-dijo con una sonrisa Läncee acomodándose en el respaldo de la silla
-No lo creas-dijo Dömin colocando una mano en su rodilla-yo no podía concederle un hijo a Fili-dijo ella apenada
-¿Pero y Filliniel?-dijo Läncee curioso
-Es mi bendición, estuve postrada en una cama por meses solo por tener a mi bebe-dijo cuando sus ojos se humedecían
-¿Él lo sabe?-dijo Läncee colocando sus manos en sus rodillas sin bajar su vista de su hermana
-No, Läncee...aborte tres veces-dijo con calma ella
-Ay Dömin-dijo abrazándola
-El linaje lo continuarás tu, solo tú-dijo ella apenada-yo no puedo tener más hijos más que a mi pequeña Filliniel-anuncio con pena
-Eso es terrible-dijo él con amargura
-Es algo que trato de sobrepasar pero es duro-dijo con una mueca
-Cuenta conmigo-dijo Läncee abrazándola
-Solo no digas nada-dijo ella sin derramar una lágrima
-Claro que no diré nada de esto-dijo Läncee cerrando su secreto en un íntimo abrazo-Dömin cada vez que nos vemos es algo diferente lo que sucede-dijo Läncee con una sonrisa al terminar de escuchar lo que su hermana le había comentado
-Creo que necesitaba decírtelo-dijo Dömin un poco cansada-estoy cansada de todo esto, necesito un respiro-anuncio preocupada
-Todos-dijo Läncee levantándose de la silla extendiéndole la mano a su hermana
-Pero no voy a rendirme-dijo Dömin con entusiasmo levantándose con la ayuda de su hermano
-Claro que no-dijo Läncee mirándola a los ojos-tu eres Dömin Leicäster nunca te rendiste y no es momento de hacerlo-comentó con una sonrisa
-Sino quien te cuidaría Läncee-dijo Dömin abrazándolo con ternura-veamos que están haciendo nuestros pequeños-recomendó con una enorme sonrisa
-Pero antes...promete que no haber iguanas nada más de nuestro legado-dijo Läncee mirándola fijamente
-Te lo prometo-dijo Dömin con una sonrisa

Salieron de aquel cuarto recordando sin dudar su promesa e ir en busca de sus niños, también era algo que a ella le inquietaba demasiado no poder tener un niño más en su familia, pero el destino quiso su vida así entonces ella tendría que aceptarlo o pelear contra él, cuando fueron hacia la cocina Graneen se encontraba con su pequeño hijo recién nacido en brazos para tratar de calmarlo moviéndose de un lado a otro

-Hola Graneen-dijo Läncee mirando a su esposa
-¿Qué le pasa a ese pequeño?-dijo Dömin acercándose a Lincën con cuidado
-Le duele la panza-dijo su madre mirando a Dömin
-Probaste con té de manzanilla, eso alivia cualquier dolor-dijo Dömin como una recomendación para el bebé
-Tal vez funcione...-dijo Graneen con una sonrisa mientras le entregaba al bebé a su padre para que lo tuviera hasta que ella preparar el té
-Graneen ¿Viste a Fili?-dijo ella con una mini sonrisa para no molestarla
-Se fue con Filliniel al cuarto de juegos-dijo mirándola para luego tomar una taza y agua tibia
-¿Dónde es eso?-dijo ella curiosa
-Es el cuarto de armas-dijo Läncee con una media sonrisa mirando a su hermana
-¿El cuarto de armas?¿cómo los enviaste allí?-dijo molesta
-No hay ninguna de ellas, se encuentran escondidas no corren peligro-dijo Läncee atacándose con su hijo
-Espera ¿qué armas?-dijo ella mirándolo de reojo
-Las mías-dijo el
-¿No las compraste aquí, no?-dijo ella cruzando los brazos
-Claro que no-dijo Läncee
-¿Las tienes hace mucho?-dijo acercándose a su sobrino
-Semanas-dijo Läncee
-Lancën-dijo Dömin mirándolo a los ojos
-Si, tía Dömin-dijo el pequeño
-¿Las armas de papa las fue a buscar a la herrería del viejo Blade?-dijo con una mirada sería y coqueta
-Si...-dijo en voz baja para que su padre no lo oyera
-Gracias-dijo sin expresar un ruido, alejándose de allí miro a su hermano aclamando-esas armas no sirven para la batalla, te lo digo desde pequeño-dijo con una sonrisa mirándolo a los ojos junto con una sonrisa

The Hobbit (Nuestra Historia) [2da Parte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora