—Harry, en la pastelería...—Gruñe Louis.—¿Por qué lo preguntas tanto?
—¿Seguro?
—Sí, dios, ella está ahí.
—Es que... No puedo decirte, vas a enloquecer.—Louis arqueó una ceja, incluso aunque Harry no pudiese verlo al otro lado del teléfono.—Hay una foto en twitter de ella con un... muchacho...
—¿QUÉ?
—No enloquezcas, amor, tuvimos novias a esa edad y...
—¡Y solo pensábamos con el pene, Harry! ¡No dejaré que mi niña salga con nadie!—
—Ella no hará nada, amor.
—¡Ella no va a salir con él! ¡No!
Incluso aunque Sky era la favorita de Harry, Louis era demasiado sobreprotector con su pequeña de ojos azules. Amaba pelear con ella y llamarle absurdos insultos, pero no quería que nadie le rompiera el corazón. No quería que ella se cruzara con un idiota como él o Harry a su edad, incluso aunque con el tiempo serían buenas personas.
—Recuerdame por qué soy padre.
—Porque yo lo pedí amor.
—Entonces eliminaré este problema desde el principio y cortaré tus pelotas.
—¡Louis!
—¿Qué?
—Por un momento me preocupe, luego recordé que amas mis pelotas y se me pasó. Adiós.
Tono.
—Oh, no, Harry Styles no me has colgado ¡Alex, tráeme un acta de divorcio!
—¡LA QUINTA VEZ EN LA SEMANA!—Grita su hijo.—¡Solo te ha cortado el teléfono, joder!