Era tan extraño, tenerlo de aquella manera, tan próximo a mi, tan malditamente mío. Lo extraño no era estar en mi cuarto con mis manos en su cintura, atrayendolo hacía mí y besándolo cada unos pocos segundos. Lo extraño era saber, de algún modo, que aquel momento, aquellos labios, aquello brazos, no me pertenecían. Primero creí que no me interesaba, pero en realidad lo hacía demasiado, porque estuve millones de veces con gente que estaba comprometida, pero él no era "gente", no era cualquier persona. Él era mi amigo y yo lo amaba, de todas las formas posibles.
-¿Está todo bien, Alex?-Su voz interrumpió todos mis pensamientos, le doy una sonrisa pequeña y cómplice y vuelvo a besarlo. Esta vez se encontraba en mi regazo, con sus piernas cruzando mi cintura. Estaba algo nervioso, porque esta vez si quería más de él. Pero sabía que estando de novio él no accedería a más que unos cuántos besos. Además, siendo que yo no había estado jamás con un hombre, la situación me ponía nervioso.
-Joe... ¿No te molesta hacerle esto a tu novio?-Muerdo mi labio cuando las palabras se escapan de mi boca, porque no quería que él lo tome a mal, y mucho menos que esto no se volviera a repetir, pero a decir verdad, tenía curiosidad.
-No.-Responde con algo de culpa en su tono de voz.-No me interesa tanto, Alex, no estoy enamorado de él, quizás podría estarlo en algún momento, pero no ahora, y si un día me enamoro, bueno, supongo que esto no pasaría.
-Entendí.-Joe asiente y se apoya en mi pecho, ocultándose allí. Llevo mi mano a su pelo y comienzo a acariciarlo suavemente, estaba algo bastante largo, pero le quedaba precioso.
-Te amo ¿Lo sabes?
-Te amo también, Alex.
El teléfono de mi mejor amigo suena con insistencia, y luego de un rato de ignorarlo, él finalmente decide atender, y por su tono de incomodidad puedo notar que se trata de su novio.
-Hola... Sí... No... Ajá, estoy algo cerca, en cinco minutos... Bueno... Adiós... También yo.-Luego de la corta charla me mira a los ojos, como rogando que no diga nada acerca de ello, pero obviamente no podía mantenerme callado.
-¿Tu novio?
-Ajá.
-Debes irte.
-Sí...-Joe se levanta de mi regazo y me cede su mano para que pueda pararme, la tomo de mala gana y lo coloco contra la pared, volviendo a besarlo pero esta vez sin tanta ternura, y de forma algo más intensa. Mi mano viaja directamente hacía su camiseta, llevando ésta a su abdomen para lograr acariciarlo un poco. Siento como tiembla debajo de mi tacto, y en respuesta muerde mi labio inferior.
-Vete.-Digo con una sonrisa cómplice, pero cuando veo que empieza a alejarse lo detengo, tomando su camiseta.-¿Qué tan mal está si tu mejor amigo te acompaña?
-Alex, no.
-Vamos, lo haré de todas formas. Soy tu heterosexual mejor amigo hasta dónde él sabe.-Joe parece pensarlo con la típica mueca de nerviosismo cuando debe tomar una decisión: Muerde su labio y patea el piso de forma lenta.
-Ya, ven.
