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  Louis se encontraba mordiendo sus uñas nerviosamente, y es que su pequeña estaba a punto de marcharse con su novio a unas vacaciones a solas. ¿Cómo podía aquello pasar? ¿Cómo lo había permitido? ¡Una total idiotez! Harry, por su parte, estaba de lo más tranquilo, sosteniendo su cintura, mirando como sus chicos se subían al avión.

  —Tranquilo, mi amor. Estará todo bien, ya lo verás.

—No lo sé, Hazz. Ellos solos, lejos...—Joe, Alex, Sky, Jack y Mike, quien había decidido sumarse a último momento, estaban subiendo ya a el avión, emocionados por el viaje de sus vidas, pero él no podía sentir ni siquiera un atisbo de felicidad.

—Piensa en esto...—Una de sus manos acaricia la cintura del otro, mientras sus labios se deslizan por su cuello, olisqueando un poco la piel antes de dejar un pequeño beso allí, seguido de una mordida igual de chica.—Tenemos la casa para nosotros solos, bebés. ¿No te emociona eso? 

 —No.—Responde con un puchero, intentando fingir desinteres por aquella oferta.

—Pues, que lastima, porque estaba pensando en muchas cosas que podríamos haber hecho juntos.—


—¿Cómo por ejemplo?—Cuestiona Louis, reposando su cabeza en la espalda del otro. Harry suelta una pequeña risa y comienza a caminar, aún sosteniendo al chico contra él.—


—Pues pensaba, no lo sé, quizás podría desnudarte en cada parte de la casa que se me diera la gana y follarte por horas.—Una pequeña molestia aparece en los pantalones de Louis, ¿Cómo no? Ya se había hecho la completa imagen mental de Harry tomándolo donde quisiera.—Pero si no quieres, no puedo obligarte.

—Oh, claro, como si fueras a resistirte a todo esto.—El menor se encoje de hombros y comienza a caminar delante de él, contorneando un poco sus caderas para el mayor, que sonríe ante aquello y vuelve a acercarse, golpeando discretamente su trasero.


En el avión, todo era bastante calmo por ahora, Jack y Skyler estaban atrás de todo, ambos siendo totalmente cursis el uno con el otro, besándose cada pocos segundos. Delante, el clima estaba un poco más tenso. En medio se encontraba Joe, y a cada uno de sus lados sus pretendientes. Del lado del pasillo Mike leía un libro, y cerca de la ventana, Alex miraba hacía afuera de forma distraída, esperando el momento de que el sueño llegase a él para evitarse toda aquella incómoda situación.


—Joe, debes arreglar las cosas con tu amigo.—Dijo Mike, mirando atentamente el libro, consciente de que ambos lo oían.—Tienen unas 17 horas para amigarse o asesinarse, cualquiera de los será entretenida de ver.


—¿Quieres que se arregle con alguien que intento besarlo delante de ti?—Cuestiono Alex con una ceja arqueada, sin entender al chico. Si hubiese sido por él, lo habría alejado por completo.


—No ayudes.—Respondió Mike con una sonrisa sarcástica, cerrando su libro.—Son amigos desde niños, y ahora están uno al lado del otro sin hablarse, amiguense, y nada de volver a besarlo o te rompo la cara.


—Tu novio tiene...


—Me llamo Mike.


—Mike tiene razón, Joe. Lo siento mucho, prometo no volver a besarte nunca más, porque francamente me dio asco.—Bromea mirando al chico, que hasta ahora había permanecido totalmente ajeno a la situación.


—Pero...—Responde este último con su ceño fruncido.—No... No lo sé.


—Anda, amor.—Dice Mike, acariciando su mano.—Tú sabes que quieres perdonarlo.    

—He dicho que no lo sé, harto estoy, dejenme.—Se levantó con algo de molestia y caminó hacía el baño, insultando mentalmente a ambos por ponerlo en aquella situación. No quería perdonarlo, había jugado con sus sentimientos una y otra y otra vez, estaba cansado de tener que proteger a su corazón de él y sus malditos cambios de ánimo.


—Ve y síguelo idiota.—Mike exclama con una ceja arqueada, ante lo que él otro, que ya de por sí estaba confundido, se confunde más.


—¿Te das cuenta que me incitas a que este en el baño con tu novio?


—Tú sólo ve y arreglense, no hace falta que se besen o follen. Adiós.—Vuelve la vista a su libro, y el otro, que si bien duda un poco, se levanta y sigue al chico, llegando justo cuando este cerraba la puerta, su pie detiene esta e ingresa al lugar, que era bastante pequeño de por sí.


—Quiero defecar, si no te importa.—Dice con sarcasmo el otro, colocándose contra la pared cruzando sus brazos. Alex se encoje de hombros y se acerca a él, cerrando la puerta y trabando esta.


—Tu novio ha dicho que venga a arreglar las cosas, pero no puedo besarte. Algo injusto, ¿No?


—Él está intentando que nos arreglemos, confiando en ambos, y tú me quieres besar, ajá, que lógico.—Gira los ojos molesto, aunque con bastantes ganas de besarlo, lo necesitaba, quería al chico de vuelta como antes, pero no quería traicionar a la persona que más feliz lo hacía.


—¿Acaso no puedo?


—No. Te amé mucho, Alex, fui tan feliz contigo, siendo tu amigo, enamorándome de ti, pero... Ahora alguien más ha llegado y es la persona más tierna del mundo, así que por favor, respeta eso. Puedo darte un abrazo y ser tu amigo si quieres, es lo más máximo que puedo ofrecer.—El otro lo entiende, su oportunidad se ha ido por completo, abre sus brazos a él y se acurruca en un abrazo de lo más cálido. Tenía a su mejor amigo de nuevo.


Y es así, no siempre en la vida uno consigue lo que quiere. Ellos estaban destinados a ser mejores amigos y no más que eso, estaban destinados a amarse de la forma más pura que podían conocer, casi como hermanos.


Skyler y Jack eran felices, su relación estaba en su mejor momento, y disfrutaban de estar enamorados como el día en que se habían conocido.


Louis y Harry no podían pedir más. Eran ellos contra todo y contra todos, desde que se conocieron y para siempre. Habría trabas, por supuesto, pero tras años de estar juntos y librar tantas batallas, se creían invencibles. Estaban dispuestos a defender el para siempre prometido, no importaba cuanto eso costase. 


FIN.


Stop! I'm your dad #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora