23. Coqueteo

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  Joe estaba en el patio de su casa justo como había prometido, y apenas vio a Alex corrió hacía él, sabía que su amigo estaba mal dado que era solamente en ese momento cuando fumaba. 

—¿Estás bien, be... Alex?

—Estoy bien.—Ignoro el hecho de que su amigo casi lo llamó bebé, ni siquiera se había percatado de ello. 

 —¿Y entonces qué sucede?

—Mi padre, siempre mi padre.—

—¿Cuál de los dos?—Intenta ser gracioso, pero Alex no está de humor.

—Harry. ¿Sabes? Siempre supe que prefería a Sky, pero nunca me había molestado tanto como ahora. Dios, tengo ganas de llorar. Y no quiero hacerlo, pero de verdad tengo ganas. ¿Por qué no puede defenderme a mí de esa manera?

—Ya, bueno, se vale un cigarrillo pero solo esta vez.—Alex asiente y Joe le tiende uno de los que antes le robo.

—Mierda, te odio.—Arroja el cigarro al suelo.

—¿Y ahora qué?

—Me siento culpable, no puedo hacerlo porque me pediste que no lo haga y... Ay, te odio.—Comenzó a caminar delante de él y Joe río.

—Bien, perdón pero no puedo sentirme mal por ayudarte. 

—Pues entonces te haré sentir mal por el hecho de que te odio.

—Sí, claro, y por eso no fumas ¿Cierto?—

—Ahora sí te odio.—Joe ríe y lo rodea con sus hombros, acercándolo a él.

—Para, voy a comprar algo...—Dice Alex parando en una heladería.

—Me compras uno.—Dice Joe sentándose fuera de esta, rueda los ojos y entra.

—Hola...—El chico del otro lado le da una dulce sonrisa, que de alguna forma lo hace sonreír y hace que un poco de su odio se vaya.—

—Hola, ¿Qué vas a llevar?—Pregunta.

—Un helado, eh ¿Qué tienes que sea dulce?

—Bueno, sí buscas algo que sea tan dulce como tú, ya no tenemos.—Suelta una risa nerviosa, jamás un chico lo había puesto colorado pero estaba seguro que su rubor era más que evidente.—

—Llevaré uno de banana split, tramontana y granizado.—Dijo recordando los sabores favoritos de su mejor amigo.—Y el otro de, umh, limón y chocolate.

—De acuerdo.—Comenzó a prepararlos y se los entrego con una sonrisa.

—Espero que vuelvas pronto.

—Adiós.—

—¿Y esa sonrisa?—Pregunta confuso Joe tomando su helado, y mirando hacía dentro. Ve como el chico aún los mira.

—El chico de la heladería coqueteo conmigo.—Dice ruborizado, aún con una sonrisa.—No es que me gusten los chicos pero fue lindo.

—¿Por qué sería un problema que te gusten los chicos?

—No lo sé, sería lo mismo, pero salgo con mujeres, me gustan las mujeres y supongo que siempre será así.—Joe tiene ganas de arrojar su helado lejos por la frustración, pero solo sonríe.

—Como sea. 



Stop! I'm your dad #5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora