Capitulo 5

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Ha pasado una semana y sigo sin saber nada de Rachel. Al final me vine abajo y probé a llamarla- varias veces-, pero siembras  me saltaba el buzón de voz . Y la última vez que la llamé había cambiado el mensaje: << Hola, soy Rachel. Si eres un amigo- un amigo de verdad-, deja un mensaje y te llamaré. De lo contrario, no me molestes.>> Me dieron ganas de meter la mano al teléfono y darle un puñetazo en la cara, pero me conformé con lanzarlo al otro lado de la habitación. Menos mal que compré también una funda protectora cuando compré el móvil, o estoy segura de que ya estaría en la tienda Apple soltando otro par de cientos de pavos para hacerme otro.

Incluso me vine abajo y le llamé a Finn. Es la última persona del planeta con la que me apetece hablar, pero es quien tiene la clave de mi amistad con Rachel. Triste pero, al parecer, cierto. No sé en qué estaba pensando: ¿ qué se mojaría y le contaría la verdad a Rachel? Si, claro. Ni de coña.

Así que dejé de llamar. Evité adrede nuestra cafetería preferida y me conformé con la mierda que sirven en la tienda más cercana, y di un rodeo con el coche de más de tres kilómetros para ir a una entrevista de trabajo en Dillard's sólo para no pasar por delante del piso de Rachel.

Conseguí el trabajo: asistente de dirección- mi padre me echó un cable, es muy amigo de la señora Pillips, la que me contrató-, pero tengo tantas ganas de trabajar en unos grandes almacenes como de beber la mierda de café que me tomo todas las mañanas.

Y caigo en la cuenta cuando estoy sentado a la mesa de la cocina viendo como mi padre inspecciona la nevera: ya no me mudo, ya no me voy a vivir con mi mejor amiga. Tendré que buscarme un piso para mí solo o quedarme aquí con mi padre un poco más hasta que Rachel entre en razón. Lo que podría ser nunca. O puede que tarde tanto que se me quiten las ganas de perdonarla y, cuando lo haga, la mande a la mierda.

Tengo la sensación de que la habitación da vueltas.-  Esta noche salgo con Isabel- anuncia mi padre tras la puerta de la nevera. Endereza la espalda y me mira.

- Ah

-Es la tercera vez que salgo con ella. Desde que nos divorciamos.

Me obligó a sonreír. Quiero que mi padre sea feliz, aunque ello signifique que haga estupideces. Desde que mi madre murió, hace 12 años , mi padre no había salido con nadie hasta que conoció a Isabel, seis años después de la muerte de mi madre.Un día me contó de ella y me dijo que le propondría matrimonio. Tiempo después ella y su hijo Izan empezaron a vivir con nosotros.

- Ha comentado algo de un crucero.- la cara se le ilumina solo de pensarlo.

Cierro el portátil.

-¿ no crees que tres citas es un poco pronto para un crucero?

El frunce la boca y deshecha la idea.

-No, Kurt, yo creo que no. Tiene mucho dinero, así que para ella es tan normal con invitarme a cenar. Aparte no es en realidad como una tercera cita, digo, fue mi esposa.

Miro a otro lado y mordisqueo el borde del Sandwich que me he preparado, aunque no tengo nada de hambre.

Mi padre revolotea por la cocina fingiendo limpiar.

Que no se te olvide lo del sábado.- dice mientras empieza a meter los platos en el lavavajillas, toda una sorpresa.

- Ya papá.- Suspiro y sacudo la cabeza-. Pensaba que podría saltármelo esta vez.

Nadie como tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora