Siento el agua caer por mi cabeza, con mis ojos cerrados logro ver aún a Luna, sonriéndome mientras acaricia suavemente su estómago y canta una suave canción. Tres años y aún la amo como el primer día.
Recuerdo ese día, cuando caminaba por el bosque, intentando buscar las moras que mi madre había pedido para su tarta, cuando a lo lejos, logré ver la figura de una mujer, con una canasta mientras recogía las mismas bayas que yo buscaba. Nunca olvidaré la manera en la que volteó delicadamente su cabeza al sentir mi olor y cómo brillaron sus ojos al saberlo. Era mi mate. Una sonrisa se había plantado en mi rostro, sonrisa que desapareció al momento en el que su cuerpo quedó inerte entre mis brazos.
Con mi puño, golpeo la pared y gruño.
Sólo espero el día en que muera y pueda estar nuevamente a su lado, criar a nuestro carrocho juntos, en el lugar en donde esté.
Salgo y me visto para caminar hacia el gimnasio. La única manera de descargar lo que siento es golpeando algo, en este caso, un maldito saco de arena.
Miro a través del espejo la tinta que decora la piel de mis brazos y pecho, mis ojos no tienen el mismo brillo de antes, cabellos color negro caen por mi frente, la musculosa negra cubre mi torso, el pantalón corto hasta las rodillas se ve también reflejado en el espejo del gimnasio, mis manos son cubiertas por guantes de boxeo color dorado.
Desde que Luna se fue no soy el mismo, el buen humor que ella me hacía sentir se ha ido a la mierda, la manada está muy triste por la muerte de su luna y de Matt, mi hijo, sí, ya tenía nombre, toda la manada nos ayudó a escogerlo.
Las estúpidas lágrimas inundan mi vista nuevamente, la extraño tanto, los extraño tanto, eran mi vida. Con rabia, quito uno de mis guates y bruscamente limpio la lágrima que estaba por salir.
Dicen que cuando tu mate muere, te vuelves débil, incluso te puedes volver loco, hasta que por fin tu sufrimiento termina y mueres, pero lo que no entiendo es por qué yo no me siento así, sí, me siento triste, claro, ¿quién no lo estaría?, pero no me siento débil, ni tampoco he perdido la cordura.
- ¿Qué haces ahí parado? a entrenar- dijo Drake acercándose, él es mi beta, mi mano derecha, ha estado conmigo desde cachorros. Se arregla un poco su cabello castaño y me mira con sus ojos verde oscuro- ¿sabes de lo que me enteré?, mi padre estaba hablando con el tuyo, y alcancé a escuchar que nos meterán a la universidad- concluye.
-¿¡Universidad!? - pregunto estupefacto.
-Sí- asegura asintiendo exageradamente con la cabeza.
Me alejo dando grandes zancadas, ignorando olímpicamente los gritos de Drake llamándome, cruzo la puerta que separa el gimnasio con el largo pasillo de paredes oscuras.
Camino por los pasillos de la casa, rodeado de paredes, en las cuales cuelgan varias pinturas artísticas hechas por mi madre, Caroline.
¿Universidad?, creo que con mis ciento ochenta y cinco años de existencia tengo bastante conocimiento para que me metan a una universidad, puesto a que ya sé qué es lo que haré con mi vida, ser Alfa de la manada. Es bastante absurdo, de verdad.
Al estar "cara a cara" con la puerta de la oficina de mi padre siento la presencia de alguien más, pero no le di mucha importancia al entrar dando un gran portazo.
Detrás del escritorio se encontraba mi padre sentado como siempre, pero lo que me intrigó fue ver a una chica sentada en uno de los muebles que decoraba la oscura oficina. Su cabello rojizo estaba recogido en una coleta alta y sus ojos verdes observaban la revista que que se hallaba entre sus pálidas manos. Ambos al escuchar el gran estruendo levantaron la cabeza observándome con curiosidad y una pizca de enojo por interrumpir sus actividades.
-Hijo, ¿en qué te puedo ayudar? - pregunta mi padre con una cálida sonrisa, sus ojos reflejaban un poco de diversión, como si supiese porqué estoy aquí.
- ¿Me puedes explicar, en que mierda pensabas al inscribirme a una universidad?- pregunto devuelta, mi mirada era fría y dura, pero eso a él no le importaba, me di cuenta al ver que no quitaba su sonrisa.
-Oh, por supuesto, te explico, como sabrás, eres Alfa...- comienza.
-No, ¿en serio? - pregunto irónico.
-...Y que la manada no te pertenecerá para siempre- continuó, ignorando mi comentario- Lamentablemente no vivirás eternamente, en algunos años, no sé cuantos, no podrás seguir con tu cargo y tendrás que cederlo a tu heredero legítimo, y para eso necesitaras a una luna...- no lo dejé terminar.
- ¡No, no lo voy a hacer! Sabes muy bien que era, soy y seré sólo de Luna, mi mate- me estaba enfureciendo, ¿cómo se atreve? No puedo olvidar a mi mate de la noche a la mañana. A pesar de no sentirme débil físicamente, mi mente aún sufre por ella.
-Hijo, ya han pasado tres años, tienes que empezar a aprender a vivir con el dolor y avanzar. Hacerte cargo de tus responsabilidades como Alfa de la manada. Sé que ella no hubiera querido que te quedaras solo por siempre. Todos en la manada lamentan la muerte de Luna, incluyéndome. Pero, ¿qué pasará cuando no puedas ejercer el cargo?, o ¿cuándo mueras?, piensa en la manada, Axel, si no hay un Alfa que los dirija se convertirán en rogues, ¿quieres eso para tu manada?- Su mirada ha perdido todo rastro de diversión, la sonrisa de su cara también ha desaparecido. Me mira con severidad.
Mi manada, ellos son todo para mí en este momento. Desde que Luna se fue, ellos me han brindado todo su apoyo. Los adolescentes en una ocasión llenaron el jardín de letreros que contenían mensajes de apoyo, fue muy lindo. Los cachorros en sus camisas pintaron una letra, se pusieron en hilera y todas las letras juntas formaban una frase: "Estamos contigo Alfa", fue conmovedor ver eso; las mujeres hicieron pastelillos, de los que más me gustan, juntaron todos en una estantería de madera que elaboraron los machos en forma de "L" en honor a Luna, ese día todos en la manada terminaron con manchas de chocolate en la cara de tanto comer pastelillos, incluyéndome. Realmente no me gustaría que por mi culpa se convirtieran en rogues, no se lo merecen, son personas bondadosas, amables y gentiles.
Pienso nuevamente en Luna. Ella tampoco querría que algo malo les pasara.
¿Tener a otra persona a mi lado? ¿tocarla como tocaba a Luna? Imposible, nunca amaría a alguien más que a ella. Pero, tengo que encontrar una persona que lleve a mi heredero, por el bien de los demás, ellos aún tienen oportunidad de ser felices, así sea que yo sufra por el resto de mi vida.
-Está bien, padre- sé que me arrepentiré de esto luego, pero todo sea por mi manada.
-------Como podrán ver, he hecho varios cambios en la narración. Sé que con 13 años, no tenía la madurez para tratar algunos temas delicados durante la historia. Tenía ideas efusivas cada día, por lo que, las plasmaba dentro de esta historia, haciendo que perdiera algo de coherencia. Voy a intentar desarrollar mejor cada tema y tomarme más en serio los sentimientos y pensamientos de mis personajes. Todo para brindarles una mejor experiencia al leer y para mí misma, haciendo de esta historia algo mucho mejor. Espero y les guste :3

ESTÁS LEYENDO
MI SALVACIÓN
WerewolfAxel ha perdido lo más preciado que puede tener un hombre lobo, su mate, pero no le ha afectado como debería y eso lo pone de mal humor. No puede sacar a Luna de su cabeza y todo empeora cuando llega ella. Portada hecha por Pandicornarnia15 NO COPI...