3

92K 5.4K 1.1K
                                    

Abrí mis ojos acostumbrándome a la luz del amanecer, que de forma molesta se filtraba por mi ventana.

Bufé y con pereza me senté en la orilla de la cama, para luego pararme e ir hacia el baño. Necesito una ducha.

Aún no me acostumbro a la imagen que el espejo refleja. No me siento yo mismo. Intento arreglar un poco mi cabello con las manos, pero es imposible. Con un suspiro de resignación entro a la ducha e intento demorar lo menos posible, creo que voy tarde.

Tenía que estar en la maldita universidad antes de las ocho de la mañana.

Al salir voy hacia mi armario y al abrir la puerta descubro que la bruja, me ha dejado un regalo antes de irse. Cuánto la odio.

Esperaba que al menos pudiera conservar mi ropa, mi estilo. Pero lo que obtengo es ropa que no le quedaría bien a jodidamente nadie. Con una mueca en el rostro voy descubriendo los pantalones color caqui, camisas enormes y de cuadros, corbatines, como si fuera un puto regalo. ¿Cargaderas? ¿quiere que me disfrace de Pinocho? ¿Cómo mierda me pondré esto? Los Converse, Vans y distintas gafas de colores me hacen sentir sacado de Tumblr.

Con resignación y sin ánimos de asesinar a alguien en este momento, me pongo una camisa de cuadros rojos y negros, unos pantalones caqui, unos Converse y el corbatín negro se puede ir a la mierda.

Salí de la habitación e intenté ignorar las fotografías de Luna pegadas en la pared. Intenté ignorar aún el tenue olor que permanecía en la cocina. Chocolate. Intenté ignorar la cuna sin armar en la esquina de la sala. Sólo conseguí recuerdos dolorosos en mi mente.

Con un gruñido salgo de mi departamento, luego de empacar un cuaderno y un lápiz en el bolso y procedo a caminar unas cuadras, obviamente, intentando ocultarme de todo ser viviente. Qué puta vergüenza.

Llegué a la casa de mis padres, ya que mamá insiste aún en hacer mi desayuno. Al entrar, puedo detectar el olor a pino de Drake. Él nunca se niega a algún plato de comida. Entro al comedor y veo a mi amigo sonreírle a mi madre, mostrando sus enormes y blancos dientes. Solté una pequeña risa, ya que cada vez que sonreía, sus mejillas se veían enormes. Mi madre voltea hacia mí con una sonrisa y sus ojos grises se ensanchan. Cierto, no había visto mi cambio, una cosa era escucharlo, pero otra, verlo.

Mi padre suelta una pequeña risa y se acerca a su mate para darle un beso en la mejilla. Bufo y me siento al lado de Drake, que, con la boca llena de comida, me saluda asintiendo levemente con la cabeza.

- ¿Listo para que te lluevan las chicas? - pregunta Drake sonriente, después de tragar.

-No me hagas romperte la boca, gordo- gruño y escucho cómo se ríe.

Mi madre pone un plato frente a mí y siento cómo coge mi rostro con ambas manos para poder alzarlo y mirarme. Nuestros ojos chocan y sonríe levemente.

-No tienes que decir nada, me veo como la mierd- antes de poder terminar siento como me da una palmada en la boca. Ruedo los ojos.

-Sin palabrotas, señor- su ceño fruncido dura poco- Sólo quería decirte que creo en que esto va a ser un buen paso para poder avanzar. Confío en que vas a hacer las cosas de la mejor manera.

Asiento y empiezo a comer. Mastico mientras que alrededor de mí, Drake y mis padres comen entre charlas y risas. Me concentro en la pared blanca al otro lado de la habitación. Luna amaba el blanco. Sentía paz. Miro mi plato y juego con poco con el tenedor. Luna, Luna, Luna.

Siento como si fuera un parpadeo cuando ahora estamos dentro del auto de Derek.

-Amigo, ¿no crees que puede ser una buena experiencia? Hace mucho no hacíamos algo diferente a parte de golpear sacos de arena y la verdad, no te lo digo mucho, pero mis brazos se mueren lentamente cada vez que tengo que golpear esa cosa- suspiro y miro la ventana. Olvido a veces toda la mierda que puede salir de su boca- A veces, cuando ya estoy muy cansado, como que, no sé, pienso cosas raras y empiezo a creer que al saco le duele lo que le hago, en fin. Podemos conocer gente nueva y salir de fiesta como antes o comer comida chatarra ¿No crees? – me pregunta y lo veo de reojo. Quiero quitarle esa sonrisita de un puño.

- ¿Puedes dejar de intentar que olvide el por qué estoy haciendo esto? No lo hace menos desagradable. Odio hacer esto, pero lo hago por mi manada. No voy a hacer amiguitos- volteo nuevamente hacia la ventana y lo escucho suspirar.

-Lo sé, sé que es difícil. Lo siento- y así, logra entender que quiero silencio.

{}{}{}{}{}{}{}{}

Bajamos del auto al llegar y empezamos a caminar hacia la entrada. A diferencia de lo que creí, todos simplemente nos ignoran, concentrados en su propia mierda, chicos llenos de hojas en las manos, atareados y corriendo de aquí para allá. La cantidad de olores en el aire estaba mareándome. Hombres oso, los cuales se mantenían siempre en sus asuntos y era jodidamente difícil interactuar con sus manadas, los hombres tigre, no nos llevábamos muy bien. Vampiros. Gruño un poco mientras arrugo la nariz, odio su maldito olor. También brujas y brujos, hay muchos aquelarres alrededor, nuestra manada tiene contacto con tres de ellos, son personas con carácter muy fuerte, que generalmente me desespera.

Ajusté la tira de mi bolso. Las gafas, nuevamente se deslizan por mi nariz, bufo mientras las acomodo. Derek, a mi lado, mira todo con una sonrisa y saluda a gente que ni lo voltea a ver. Todo iba bien hasta que un chico pasa a gran velocidad, chocando con el hombro de Derek haciéndolo caer.

Volteo hacia donde se había ido y gruño al ver que lo había perdido. Me agacho a ayudar a mi amigo, pero de reojo noto que alguien más se había agachado. Subo la mirada lentamente y me encuentro con una chica de pelo castaño, que me miraba y de pronto sonríe, mostrando sus brackets de color azul. Sus ojos miel, que se encontraban detrás de unas enormes gafas, se iluminan y un rubor cubre sus mejillas, debajo del millón de pecas en su rostro.

-Ya, estoy bien, tengo huesos duros- ríe un poco Derek y dejo de mirarla. Sacudo un poco la cabeza mientras cojo el brazo de mi amigo y lo ayudo a levantarse.

-Se parece a la chilindrina- comenta Pak., asustándome un poco, ya que no suele hablarme mucho desde lo de... Luna.

-¿A la chilindrina?- le pregunté.

-Sí, ¿nunca la analizaste bien?, tenía buenas piernas- dijo.

Gruño- No hables mierda ahora, me haces doler la puta cabeza- le respondo y cierro la conexión.

-Soy Mar, mucho gusto- dijo la chica sonriendo nuevamente.

Derek sonríe mientras estira su mano hacia ella- Un gusto, Derek.

Pero la chica ni lo nota, ya que no deja de mirarme, como esperando algo de mí. Olisquea un poco y voltea a ver a Derek por un momento para luego volver a mí.

-Mate- susurra y yo frunzo el ceño.

Derek deja caer su mano al ser ignorado.

------------

Por fin, vuelvo a montar otro capítulo editado.

La verdad, he ido cambiando muchas cosas, una de ellas va a ser muy evidente en el siguiente capítulo.

Con el paso del tiempo irán enterándose de varias cosas que antes no había narrado y habían quedado como un hueco narrativo.

Como, ¿por qué Axel no murió tras la muerte de Luna?

Espero que estén muy bien, los quiero <3

Espero que estén muy bien, los quiero <3

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
MI SALVACIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora