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AXEL

Veo al rubio abrazar por la cintura a Mar y sin poder evitarlo, gruño.

- ¿Por qué está tocándola? -ruge Pak- ¡Quítale las manos mugrosas de encima!

-Mar- la llamo. Me acerco rápidamente, fulminando al rubio con la mirada. Agarro posesivamente la cintura de Mar y la atraigo a mí. Ella me mira con una sonrisa y me acaricia el pecho.

Me tranquilizo con tan solo su toque, pero no dejo de mirar fijamente al sujeto. Él me ve de arrida abajo con una sonrisa de lado.

-Ax, él es Nathaniel, el hermano de Sky- alzo una ceja cuando el tipo estira su mano hacia mí.

No se la doy.

Ríe secamente y deja caer el brazo. Asiente.

-Un gusto.

-Nathaniel, él es mi mate, Axel- sonríe Mar y pone su cabeza en mi pecho.

Nathaniel alza las cejas y la mira, incrédulo.

- ¿Tu mate? -me señala- ¿él, en serio?

- ¿Tienes algún maldito problema con eso? -gruño.

No puedo dejar de pasar mi mano por la cadera de Mar. Si dejo de tocarla en este momento, sé que nada me detendría de partirle la cara al rubio.

Cuando lo vi cerca de ella, no pude evitar sentirme inseguro. La tocaba con total propiedad, confianza y ella ella le sonreía.

Si dejo de tocarla en este momento, dejaría de sentirla mía.

-En realidad, sí. Esperaba que fuera alguien más...- me mira serio. En ese instante, Sky llega corriendo y chillando con su aguda voz.

- ¡Hermanito! -abraza a Nathaniel y ríe emocionada.

Norman se para a mi lado y mira con una sonrisa el abrazo de los hermanos.

- ¿Cómo estás, dulce? -le dice cariñosamente a la rubia y ella vuelve a abrazarlo.

-Nosotros estaremos en la habitación- les aviso en cuanto Step y Marcie llegan, aprovechando que estaban todos.

Arrastro a Mar hacia su habitación, ansioso y cierro la puerta tras nosotros.

- ¿Qué...? -la pego a la puerta y la beso.

Beso a Mar con rudeza, con posesividad. Sé que mi olor se intensificó, buscando alejar a todos los que estén alrededor. No puedo evitarlo, sólo quiero dejarle claro a mi lobo, que aún es mía.

Nuestras lenguas se encuentran con intensidad. Mis manos recorren su cuerpo y se posan de su trasero, atrayéndola con firmeza hacia mi cuerpo. Ella gime e intenta devolver el beso, pero al rato sólo deja la boca abierta para mí, para que la use a mi antojo y me calme.

Empiezo a frotarme contra ella, bajo los besos por su cuello, dejando chupones y mordeduras.

Mi lobo y yo, empezamos a tranquilizarnos y suspiro poniendo mi cabeza contra su hombro.

-Lo siento- le digo en un jadeo- No me pude controlar.

-Está bien, cariño- me acaricia y me da un besito en el lóbulo de mi oreja- No tienes que ponerte así por Nathaniel. Es mi mejor amigo. A veces es algo coqueto, pero es su naturaleza. Es así con todos.

Gruño y paso mis manos por su espalda, abrazándola.

-No me agrada.

-Es un buen chico, te caerá bien- la miro y alzo una ceja. Sonríe- Ya, lobito. Eres mi mate, no sería capaz de ver a nadie más como te miro a ti.

MI SALVACIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora