Capítulo 1

23 1 0
                                    


Capítulo 1

Jude Rickman era hijo de un empresario multimillonario que se la pasaba viajando por todo el mundo para extender sus negocios a otros países y hacer más dinero del que ya tenía. Su padre, por supuesto, esperaba que su hijo mayor siguiera sus pasos, pero éste siempre se negó a cumplir sus expectativas. Por el contrario, eligió su propio camino y decidió que iría a las ligas mayores del futbol americano.

Ya desde muy pequeño, Jude entrenaba en los equipos locales de cualquier lugar a donde se mudaban y veía todos los partidos por televisión o en el estadio donde sucedían. Tenía una determinación y disciplina increíble que nada ni nadie podían doblegar, por lo que se convirtió en uno de los mejores jugadores del mundo. Era casi tan famoso como su padre, pero desde un ámbito muy diferente.

Su trabajo implicaba viajes aquí y allá, tal como su familia hacía, pero él en lugar de verlo como una obligación, lo veía como una diversión. Después de todo, iba a jugar y eso le encantaba. Su padre no entendía eso, por supuesto, pero su hermano menor sí. Él y Santiago habían sido muy unidos hasta el momento en que Jude tuvo que mudarse lejos para poder cumplir su sueño. Pero seguían manteniendo contacto por teléfono, mensajes de texto y vídeollamada. También se veían —pocas veces— en el transcurso del año, por ejemplo, en los cumpleaños de la familia, navidad y año nuevo. Eran las únicas tres razones por las cuales Santiago esperaba esas festividades, podría ver a su hermano. Pero ninguno de los dos tendría que preocuparse más por no poder verse tan seguido, porque ahora Jude se mudaba a Los Ángeles con su familia. La NFL había decidido abrir un nuevo equipo en esa ciudad arriesgándose un poco y contrataron a Jude para ser el coach, por lo que ahora viajaba en el mismo jet con su hermano.

—No pareces tan divertido, hermano— dijo Jude a Santiago, quien traía una larga y el ceño fruncido.

—No es divertido— contestó su hermano con tono agobiado, lo que hacía reír a Jude. Él mismo sabía lo que significaba mudarse todo el tiempo a tantos lugares sin poder poner objeción, sin poder hacer un verdadero amigo o crear vínculos afectivos con alguien porque sabes que no tiene caso hacerlo si en dos o tres años te vas a mudar. Para Santiago, esa era la tercera vez en un año.

—¿Por qué no? Creí que te gustaría conocer Los Ángeles— cuando aún eran niños, Santiago estaba fascinado con viajar de un lado a otro la mayoría del tiempo, por lo que su sueño más grande era mudarse a Los Ángeles durante un tiempo. Se lo había confesado una tarde de invierno mientras asaban bombones frente a la chimenea de una cabaña.

—Tú lo dijiste, me hubiera gustado mudarme a Los Ángeles hace quince años, pero ya no es divertido— su tono se había tomado cambio muy drástico de agobiado a fastidio y Jude podía entenderlo con claridad. Jude y Santiago platicaron un poco más hasta que ambos se quedaron en silencio y el menor de los dos se quedó dormido. Por otro lado, el mayor se limitó a ver por la ventana de Jet. Estaba tan emocionado por su nuevo trabajo, que realmente quería que el armatoste con alas aterrizara ya, pero sería un viaje largo. Durante el trayecto, tuvo un extraño presentimiento que le comprimía el pecho. Sabía que ese trabajo cambiaría su vida, aunque no estaba seguro de cómo lo haría. Espero que sea algo bueno, pensó Jude y luego de emitir un suspiro, se unió a Santiago bajo un sueño profundo. 


Michael y JudeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora