Resumen.

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Después de aquel día en la cena, ya no volví a ver a Ian, ni a su novia. De echo ya ni salí de mi casa. Faltaba una semana para entrar al colegio de nuevo y menos de una semana para que la novia y sus amigos se fueran.

Durante ese tiempo solía checar sus cuentas de Instagram en donde cada rato posteaban fotos de ellos como la pareja más feliz del miedo y de pie de foto siempre había cursilerías que yo quería que Ian me las dijera a mi.

Solo me atormentaba, viendo como Ian era tan feliz. Aunque eso me gustaba. Me gustaba verle así.

Mis hermanos decían que estaba en depresión, algo que yo ya sabía pero ¿Qué podía hacer? La persona que me saco de mi depresión pasada fue la misma que me volvió a meter. Pero no es su culpa. Yo lo aleje de mi justo antes de darme cuenta que siento todo un ¡Boom! Cuando lo veo, lo escucho o cualquier cosa relacionada con el.

Tenía miedo, nunca antes me había enamorado y jamás pensé hacerlo de Ian. El perfecto Ian.

Que boba Isabella.

El ya no te quiere, preciosa.

El ya tiene novia.

Esas palabras me partían el ama.

El corazón.

Todo, malditamente todo.

Justo después de que todo pasará, fue ahí cuando me di cuenta que realmente lo amaba, y sí que lo amaba Carajos.

Me dolía amarlo.

Y pensar que ya lo volvería a ver mañana.

Y pensar que su novia ya está a miles de kilómetros de aquí.

Y pensar que una nueva aventura me estaría esperando.

No llores IsabellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora