Cuando me pongo a pensar en lo que quiero, además de Jackof, recuerdo a mis amigas del colegio y a mi mamá ¿Qué habrá pasado de mi mamá? Eso no lo sé, pero en este momento me vienen a la mente sus cálidos abrazos y sus sonrisas, mi mamá nunca se mostraba cansada o harta de escuchar mis investigaciones sobre el Holocausto o los nazis, siempre estaba feliz de estar ahí para mí.
Y luego de pensar en ella, me envuelvo en forma de pelota, abrazo mis piernas y lentamente empiezo a llorar. Aunque tengo muchas contradicciones conmigo misma, al fin decidí lo que voy a hacer, me voy a ir para siempre, no importa si no está Jackof, voy a encontrar a otra persona, al menos eso supongo, ya sé que él no vendrá, porque quién asegura que él estará en mi misma celda o al menos en este mismo cautiverio o cárcel que no sé como se llama. Hay al menos diez de estos tipos de cautiverios en una ciudad, pero tampoco sé si lo van a llevar a otra ciudad o país, o... si es que va seguir vivo durante el crudo viaje en el pequeño tren que transporta a todos los judíos, tampoco sé si él escapó del campo. Solo sé que me quiero ir para siempre y no volver nunca más. Por eso voy a empezar a convencer a mi mente de lo que quiero. Y luego de esto ya voy a estar preparada para volver a mi casa, y si es que en verdad llego, espero que todo esto solo sea un mal sueño.
Luego de luchar con mi mente una y otra vez, no logré convencerla de lo que quiero, por eso me ubiqué en una esquina de la celda y empecé a dormir. Soñé con Jackof, con su reluciente sonrisa que siempre me daba ánimos para seguir adelante... pero recordé algo en particular: Una de las horrorosas noches que tuve en el campo de concentración, le pregunte a Jackof que pensaba sobre mí y él me respondió: Éricka, tú me caes bien pero, quiero que mueras...
Esas palabras me partieron el corazón en millones de pedazos. Lo miré y luego de un largo silencio continuó diciendo:- Quiero que mueras porque el peor castigo que me han dado es verte sufrir. Prefiero que mueras y estés libre, a que vivas conmigo y tu vida sea un encierro tortuoso. Yo te amo Éricka, quizás sea lo último que te diga. Pero será la mejor cosa que yo tehaya dicho en toda mi vida.
Luego de decir eso me besó en la frente y se fue sonriendo. Esa fue la última vez que lo vi, antes de escapar.
Las palabras de Jackof me dejaron sin aliento, todo lo que yo sentía hacia él, él lo sentía hacia mí. Ahora comprendo que en realidad, nunca tuve que haber dejado a Jackof.
Estamos tan lejos el uno del otro, que ni siquiera podemos refugiarnos y esperar que uno llegue, porque no tenemos la certeza de que el otro sigue vivo.
Y a pesar de todo, el simple hecho pensar en él me devuelve la fortaleza que nunca me había dado nadie.
Ese es mimejor recuerdo de Jackof. Aunque me voy, no quisiera que Jackof sea solo un recuerdo.
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Esas rayas azules (#wattys2016)
DiversosErica, un chica de 17 años amante de las historias de la Segunda Guerra Mundial y de todo lo que tenga que ver con los judíos, Hitler y las SS. Un día después de tantos esfuerzos logrará aparecer en esa época tan terrible, allí conocerá a Jackof u...