Capítulo 16: Cosas de grandes.

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-Si no quieres saber tu pasado o lo que sea, no me importa porque debes salir quieras o no y dejar de armar escándalos de niñita malcriada.

La mujer se limitó a decir eso y me condujo por largos pasillos blancos, como de un manicomio, luego doblamos dos veces hacia la derecha y llegamos a una puerta de metal con aspecto muy gastado. Tenía unos botones cuadrados en lugar de la perilla de la puerta, después introdujo un código (cosa que no me sorprende) y la puerta se abrió.

Me miró de reojo y después me dijo que entre.

Cuando entré todo era oscuridad, sentí que me miraban -más de lo normal- y me puse muy nerviosa. Antes de que pudiera decir una palabra, alguien me tapó la boca y la nariz con las manos. No podía respirar y comencé a lanzar patadas por todas las direcciones, traté de golpear a quien sea que estuviese atrás agarrándome, pero esquivaba muy fácilmente todos mis movimientos. Por un momento creí que me desmayaría como en las peliculas, pero lastimosamente es mucho más lento de lo que parece. Comencé a ver todo muy borroso y dejé de respirar, la persona que me sujetaba hizo mayor presión contra mi cara y terminó lastimando mis mejillas y el ojo izquierdo.

Y para completar su gran hazaña me empujó y caí al suelo que parecía húmedo, luego tomé grandes bocanadas de aire, inhalé y exhalé varias veces hasta volver a mi respiración normal. Y por arte de "magia" la luz se encendió... y no había nadie en el cuarto.

Lancé gritos desesperados mientras me preguntaba que querían hacerme, por qué me trataban de matar, por qué me quitaron de un hogar lleno de amor y arrastraron sin piedad a un abismo sin retorno. Por qué me separaron de Jackof.

-Quiero morir, mátenme ya si eso les da felicidad. Es mejor morir que vivir una vida sin esperanza, sin sonreír aunque sea un instante. Los odio, los odio muéranse todos los estúpidos que tuvieron que ver con este experimento, púdranse.


-Shhhh...


Escuché ese sonido varias veces mientras me secaba dos lágrimas solitarias.


-Muéstrate... no seas cobarde


-Qué lindo teatrito, deberías ser actriz sabes.


Esa voz, es imposibles no reconocerla, solo necesitaba una prueba más


-Vamos muéstrate

-A caso ya te olvidaste de mi, querida hermanita

No podía creer lo que estaba viendo.

Mi hermano Tomás, a quien adoraba con todo mi corazón, salió de un rincón oscuro. Se parecía tanto a mi papá, su cabello, sus ojos verde esmeralda y su cabello castaño oscuro.

Se me partió el corazón, pero lo que vino después no tiene comparación:

-Discúlpame hermanita- dijo en un tono sarcástico- es que no me dejaron matarte. Pero encontré este cuchillito, ven a jugar conmigo.

Estaba completamente desquiciado.


Esas rayas azules (#wattys2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora