Capítulo 8: La esperanza.

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Siento que el gas está cerca muy cerca, esperando que llegue el momento de penetrar en mi piel y hacerla trizas.

Me asomo y veo a las mujeres muriendo, mientras los soldados se ríen con solo pensar en su agonía. Porque para ellos no son personas, son judíos. Mientras espero la hora de mi muerte. Pero a pesar de eso, sé que las víctimas más sanas y fuertes tardarán por lo menos una media hora en morir.

Empiezo a sentir remordimientos, tristeza, ansias, angustia todo a la vez.

Se me eriza la piel, siento el gas. Me está ahogando, me está matando. No me queda más que pensar en todo lo que pasó a lo largo de mi estadía aquí, y en Estados Unidos mi hogar. Veo a Jackof sonriendo y alentandome, veo a mi mamá cariñosa y siempre preocupada por mí y veo a mi papá en el cielo esperando mi llegada.

Con solo pensar que nos van a incinerar me quedo congelada y eso a ayuda para matarme rápidamente. Luego de un momento, miro mi piel, está casi destruida, llena de llagas, ampollas, picaduras y quemaduras. Tiene un aspecto amarillento y sucio, como si tuviera gusanos dentro.

Rápidamente lo recuerdo, estoy muriendo. Abro mi boca para tratar de respirar,pero es inútil solo trago más aire venenoso, siento que me ahorcan.

Me mantengo sin respirar unos segundos, no puedo. Me cubro la nariz y la boca con la camisa, tratando de contener el oxígeno, pero solo sirve para ponerme más nerviosa. El gas me arde en los ojos, siento que se irritan y se enrojecen. Trato de ponerme mi ropa, pero me es imposible, mis manos tiemblan demasiado. Cubro mi cara con la camisa y el resto de mi cuerpo trato de resguardarlo bajo los pantalones. Pero todo me arde y me duele, no puedo pensar en nada por miedo a quedarme sin oxígeno en cualquier momento. La mayoría de las mujeres ya murieron, solo quedamos trece o menos.

El gas aprieta mi cuello, ya no tengo oxígeno, el Co 2 de la cámara ya llenó mis pulmones.

Veo todo borroso, mi piel se congela. Adios a todo lo que conozco, me espera un lugar mejor. Mis ojos se cierran, no un último intento, ábrelos, se cierran y ya no veo nada solo una luz.

Adios.



Esas rayas azules (#wattys2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora