Capítulo 21: Ángeles

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- No puedes dispararme así- dijo Tomás asustado y sangrando- No puedes probar que no está muerta, porque yo mismo la maté con mis manos.

-No soy idiota Tomás, debes saber que aquí se colocaron cámaras por todos lados- no puedo creer que en serio no pensamos en eso, ni siquiera por un momento, yo seguía tirada en el piso con la  "supuesta sangre" sobre todo mi cuerpo- vimos como tiraste a Erica y luego simplemente apareció cubierta de sangre, no es posible que nuestras cámaras no hayan podido captar un solo momento en el que la golpeas.

-No puedo... yo... me duele...-Tomás estaba llorando, sus ojos azules se enrojecían y suplicaban clemencia, un poco de piedad.

-Cállate, inútil. ¿Cuántas veces te golpeamos con esos vidrios rotos cada vez que respondías que querías salvar a tu hermana, eh?

-Yo nunca dije que no salvaría a mi hermana.... yo...solo...dije...que...ustedes...podrán

Y antes de que termine su oración, el agente de la CIA, le disparó nuevamente en el pecho, yo no podía esperar a que alguien haga algo.

Abrí los ojos, tomé al hombre por sus tobillos, y no se me ocurrió nada mejor en ese momento. Así que lo mordí... es en serio, no pude pensar en otra opción. 

Abrí mi boca lo más grande que pude y lo mordí en la parte de atrás del tobillo, en ese lugar que tanto duele cuando te golpeas.

El agente gritó con todas sus fuerzas, Tomás apenas respiraba, pero el agente en sus intentos por quitar mis dientes de su tobillo, dejó caer la pistola al suelo. Tomás la vio, la tomo entre sus manos y le dijo al agente:

-Yo solo dije que ustedes podrán retener a Erica, pero nunca la van a matar, no mientras yo esté aquí

El agente rió de manera alocada y frenética, sin razón alguna, y antes de que dijera sus "últimas palabras" (aunque no creo que nadie quisieras oírlas) Tomás le disparó y al instante murió, con dos balazos en la cabeza.

-Tomás-le pregunté despacio-¿crees que puedes caminar?

-Erica, quiero que me oigas bien

-No. Si va a ser de esos discursos de que vas a morir y etcétera, no pienso escucharte

-Erica, hablo en serio

-Yo también, vamos levántate

-Erica, escúchame, ni siquiera puedo moverme

-Cállete. Te levantas o te levanto yo

-Erica, por favor. 

-No quiero-una lágrima silenciosa rodó por mi mejilla, no quería que él muera, simplemente porque es mi familia, porque lo quiero. Aún puedo recordar cuando mamá nos llamaba para ir a almorzar, yo siempre quería pizza y el no. Pero siempre me decía: está bien, pero la próxima escojo yo la comida, aunque eso nunca pasaba- Tomás, no quiero.

-Ya...ya. Solo escúchame.

Se calló por un momento, luego tomó aire y me dijo:

-Quiero que me oigas muy bien: Jackof está vivo, al principio no estaba muy seguro, pero ya lo estoy completamente, si te explico la razón tardaré demasiado, así que iré directo al grano.  Detrás de una bendita puerta blanca con el número 3.1 en la perilla, se encuentran dos puertas. Y Jackof se encuentra detrás de una de las dos, solo que no sé detrás de cual. Cuando lo encuentres, tienes que ir al baño que se encuentra por algún lugar, no me acuerdo la ubicación, luego romper la ventana y los dos corren por su vida en busca de la salvación ¿entiendes?

-Sabes que odio tus planes.

-Una cosa más. Cuando salgan, olvídense de todo lo que ocurrió aquí, solo les traerá dolor y pesadillas. Sé que se aman, no lo niegues-me sonrojé por un momento- solo dile que lo amas, y algo más: Que seas tan feliz que no sepas si vives o sueñas. Te amo hermanita.

Luego suspiró y murió en mis brazos...




Esas rayas azules (#wattys2016)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora