Epílogo

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Querida Mary (y Ángel, si se dan las circunstancias):

No los culpo por todo lo que ha pasado, ni por haber creído en mis palabras. Mi intención nunca fue buscar un culpable, aunque en el camino lo haya encontrado. Cosas del destino, supongo.

No quiero recordarles todo lo que paso, porque ustedes ya conocen la historia, incluso mejor que yo, porque lo han vivido en carne propia. Tampoco tengo la intención de darles explicaciones, ni de repetir lo que ya ha sido dicho. La intención es más bien escribir esto para que alguien sepa que algo paso, que hay una historia por descubrir, porque aunque los conozco al derecho y al revés, y sé que no son del todo culpables, no tengo la verdad absoluta.

Sé que muchas de las cosas que pasaron fueron injusticias, que en realidad hay una mentira entre tantas verdades. Pero ¿como hacerle saber a alguien que está incorrecto, si está cegado por el odio?

Todo esto es por el bien de ustedes y por el mio. Alguien allá arriba movió las cuerdas del destino y junto nuestras vidas, quería que todo esto pasara. Y le doy gracias por crear la historia de Ángel, Mary y Lemir. Porque gracias a las confusiones ustedes están donde merecen estar.

He decidido dar un desenlace diferente a la historia, porque el inicial no era suficiente. Probablemente sería fácil de olvidar. Quería algo más grande, más trágico, más mortífero y por eso he decidido dar este punto final.

Espero que si alguien llega a conocer nuestra historia y a revivirla, comprenda todo lo que puede pasar cuando los gatos van al cielo. "

Fin

Cuando los gatos van al cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora