Capítulo 0

703 84 8
                                    

Ángel caminaba tranquilamente por la mañana en el jardín de su casa, reconsiderando si sería buena idea sembrar algunas flores en el jardín. Llevaba una bata que le llegaba hasta las rodillas, cortesía de su madre quien le recordaba que era mejor eso que andar semidesnudo. Rodeó el jardín sin apresurarse, mientras respiraba el aire de su alrededor. Eran las cinco de la mañana. Acostumbraba a levantarse a esa hora para poder observar el amanecer. Se sentó en una banca de su jardín y se recostó en ella para esperar la salida del sol. Cerró los ojos para descansar, pero algo lo interrumpió. Alguien. 

Su vecina, Mary, bajaba por la ventana con habilidad, y saltaba en su jardín sin fijarse en que él estaba ahí. Llevaba una bolsa en sus manos, pero, aunque la luna le alumbraba, no alcanzaba a ver lo que había en ella. Dejó la bolsa en el piso y caminó hacia la pala de su jardín para cavar un hueco en él. La observó en silencio. Agarraba la pala con fuerza mientras sacaba la tierra para poder enterrar lo que estaba en la bolsa.

Cuando terminó de cavar, sacó lo que había en la bolsa y lo observó por unos segundos antes de apartar la mirada. Ángel pudo ver lo que era. Lemir, el gato de Mary, se encontraba con una abertura en la mitad de su estómago, con sangre saliendo de ella.

Metió el animal al hoyo, aun con la mirada apartada. Terminó de enterrarlo, y agarró la bolsa de un borde para poder subir de nuevo a su casa. Ángel pensó un momento antes de acercarse al lugar. Se agachó, y observó el lugar con sutileza. Empezó a cavar con sus manos, en busca del gato inerte. Sus manos dolían por el esfuerzo que hacía, aun cuando la tierra estaba fresca. 

Cuando por fin lo encontró, lo agarró de una pata y lo observó con detenimiento. Sonrió levemente.

—  Pobre gato —  Ángel dejo caer al gato en su tumba —  . Pero aun peor será lo que le haga a tu dueña para vengarme.

Se levantó de su puesto y caminó hacia la banca, quedándose sentado para poder observar el amanecer.



Cuando los gatos van al cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora