Capítulo 5.

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  Jongin se despertó al sentir unos brazos que lo rodeaban con fuerza. Aquello era agradable.  Miró a su lado y la vió a ella. Al amor de su vida pegada a él como si el fuese algún oso de peluche. 



De repente, por alguna extraña razón, recordó aquel beso que le había dado de jóvenes mientras ella dormía, y ___ se había acurrucado a su almohada. Cómo había deseado ser aquella almohada y ahora mismo lo estaba viviendo. Tenía aquel cálido cuerpo suyo a su lado, sin barreras. Sonrió. Era tan afortunado.



Le dio un suave beso en la frente y se separo de ella para prepararle el desayuno. Miro su celular, tenía un par de llamadas de Lizet. Su asistente, y también hermana de uno de los socios de la empresa en la cual trabajaba. Lizet lo había estado molestando por varios días, parecía no entender que él no tenía ningún interés en ella. Decidió ignorarla como lo hacía siempre. Ya estaba harto de ella, pero no sabía que más hacer para que lo dejara tranquilo.




Se puso sus bóxers y bajo las escaleras y le preparo unos huevos revueltos con pan tostado y jugo de naranja. Sería algo nuevo, ya que ___ no solía dejar sus cereales. Pero era bueno variar ¿no?



Estaba recordando aquella maravillosa noche que habían compartido juntos. Sonrió enamorado. Nunca se cansaría de amarla como lo hacía, ___ era tan especial para él, que incluso todo aquello parecía un hermoso sueño. 



Subió con su desayuno. Por suerte era sábado y tenía el fin de semana libre. Un respiro antes de volver a aquel infierno. Entro sin hacer ruido. No quería despertarla aún, pero ya eran las diez de la mañana. Vio que la luz de su celular parpadeaba, dejo la bandeja sobre un mueble y contestó. Era Lizet. Al parecer había cambiado de número esta vez para llamarlo.




-Hola amor –dijo ella coqueta.



-No me llames así –dijo el seco -¿Para qué me molestas esta vez? –quiso saber.



-No me hables de esa manera –le dijo ella- sabes bien que puedo..



-Mira, ya cállate Lizet. –Se paso una mano frustrado por el rostro- si quisieras ya lo hubieras hecho.



-No sabes con quien te estás metiendo –lo amenazo- vamos, admite que lo quieres tanto como yo. Es solo un buen polvo –el apretó la mandíbula. Le daba asco pensar aquello.



-No, y esa es mi última respuesta. No quiero más problemas –cortó antes de que ella le respondiera. Ella lo cabreaba en tan solo unos segundos.



Era mejor no pensar más en ella. Eso lo arruinaría el fin de semana y no quería. Prefería pasar el tiempo con ___ y pensar en lo hermoso que había sido la noche anterior. Suspiro pesadamente y agarro la bandeja acercándose a ___.



La vió durmiendo tan hermosa como siempre, dudando si despertarla o dejarla dormir un poco más. Estaba a punto de rendirse cuando dejo la bandeja a un costado y empezó a repartir pequeños besos alrededor de su rostro, haciéndola removerse mientras iba abriendo los ojos lentamente.


  

La miró a los ojos y le brindo una de sus más cálidas sonrisas. ___solo le sonrió en respuesta, parecía incomoda y molesta por alguna extraña razón. El frunció el ceño.



-¿Estás bien? –preguntó él.



-Aja.. –dijo ella. Pero algo le decía que estaba mintiendo, la conocía perfectamente.



-Estas mintiendo –dijo él. Ella negó y relajo el rostro.



-Es solo que me duele un poco la cabeza y estoy mareada –él la miro confundido.



-¿Nuevos síntomas? –pregunto. ___ solo asintió.



-Supongo –suspiro- no se –le sonrió. Aquella sonrisa falsa de nuevo.



-Bien, te creeré por ahora –agarro la bandeja y se lo acercó- te prepare el desayuno para darte los buenos días. –ella sonrió esta vez con un brillo en los ojos. Aquel brillo volvía a aparecer por suerte. 



-Gracias –le beso en los labios.



Había sido un poco incomoda aquella situación, ____ lo había escuchado hablando por teléfono. Así que era una tal Lizet la que lo llamaba todos los días, según él le había comentado que así se llamaba su asistente, hermana de un socio de la empresa. __ estaba confundida, ¿Jongin se metía con su asistente?  Aquello la cabreaba. Pero de que quería conocer a aquella zorra, lo quería. Más que a nada. 




No podía soportar la idea de que Jongin estuviera con otra que no sea ella. ¡Maldición!  Lo amaba y había pasado por tanto para que una zorra se entrometiera en esos momentos. No, no, no. No lo iba a permitir. Porque Jongin era de ella y ella suya. Su relación no se iría por la borda y se ____encargaría de ello.


Mientras iban desayunando Jongin veía a ___ como pensativa y algo débil quizás. Estaba preocupado, no quería que nada le pasara. Le había dicho que tenía dolores de cabeza y mareos y le creía, ya que la había visto consultar más a menudo aquella semana. 




El doctor le había comentado que llegaría un momento que debería de operarse. Algunos órganos suyos podrían llegar a fallar y eso era lo que más temía Jongin. Una operación significaría riesgos, y él no quería perderla.




Había dado todo por conseguir un buen médico que la tratase, no era nada barato. Pero el que ella sea atendida de buena manera le hacía sentir mejor. Con su trabajo apenas le alcanzaba para pagar aquel médico y sostenerse. Pero estaba feliz de que aquel dinero valla para qué ____ estuviese sana.


 


Lo que más le preocupaba de todo era eso. Su salud. Había tenido que soportar tanto para poder mantenerla así, a su lado por un largo tiempo. Y esperaba que sea lo más largo posible. Porque de verdad no sabía que haría sin ella, sin ___ a su lado.



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• ¿Amor o Obsesión? ||Jongin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora