• ¿Amor o Obsesión? ||Jongin||

Capítulo 8.

  Escuchó como Lizet lo llamaba detrás de la puerta, se había olvidado que lo tenía con seguro. Fue rápido para abrirle, Jongin estaba a punto de perder la conciencia también. El simple hecho de saber que su hermana estaba sobre aquel sofá prácticamente muriendo lo estaba destrozando. 

-Jongin ¿Qué paso? –pregunto ella viéndolo con pánico.

-Ya llamaste –quiso saber él. 

-Si –dijo ella-pero que... -Lizet miró hacia su hermana que estaba inconsciente sobre el sofá. 

-No sé qué paso –admitió él- solo estábamos. Estábamos tan bien y de repente –se agarro el rostro y se deslizo por la pared hasta llegar al piso- se desmayo o que se yo. No reacciona –la miro- apenas tiene pulso –Jongin estaba con la respiración entrecortada.

-Ohh, dios mío –Lizet se acercó a ___ agarró el perfume que hace unos minutos había estado en las manos de Jongin tratando de ayudar. 

Jongin se levantó tan rápido y se acercó a su hermana. Quitándole el frasco a Lizet de manera brusca. No quería que se acerque a su hermana. 

-No la toques, no la toques –Lizet lo miró como si estuviera perdiendo la razón y estaba muy preocupada.

-Mejor iré a llamar de nuevo –dijo ella dejándolo solo con su hermana.

Jongin revisaba su pulso cada minuto. Seguía respirando, no normalmente. Pero al menos seguía ahí con él. Eso le daba algunas esperanzas. Unos minutos después escucho como algunos enfermeros entraron a su oficina apartándolo de su hermana. Fue todo muy rápido. La pusieron en una camilla quitándola de su oficina prácticamente sin vida. Lizet solo lo miraba estupefacta sin que él se diese cuenta de aquello.

Jongin estaba en estado de shock. Algunos compañeros suyos que acababan de llegar de sus respectivos almuerzos, miraban toda la escena anonados. Otros le preguntaban queriendo saber que había pasado, pero él no podía hacer más nada que seguir a los enfermeros. No escuchaba a nadie.

Ya estando en el hospital estuvo esperando para saber sobre el estado de su hermana. Habia pasado una hora y seguía sin saber nada, cada vez estaba más preocupado. Seguía llorando sin parar, él sabía que algo como esto podría pasar en cualquier momento. Pero no, no quería perderla. ¡Demonios, era su maldita culpa!  Si no lo hubiesen hecho. ¡Joder!   Más lágrimas caían por sus mejillas.

-Hola ¿Es usted familiar de la paciente ____ Kim? –Jongin levantó la mirada esperanzado, una enfermera estaba frente a él

– Sí, soy su hermano ¿Cómo esta? –pregunto desesperado.