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ARIES: Prepárate para un huracán de ira, si es necesario te gritará y descargará todos sus impulsos contra ti. Una vez que ha empezado un incendio es difícil detenerlo.
TAURO: Independiente de su conocida paciencia, cuando ésta llegue a su límite. ¡Bum! Explotará. Recuerden que aunque se vean tranquilos por dentro pueden estar llenos de rencor.
GÉMINIS: No necesariamente hará un escándalo, pero no dudará en usar sus habilidades argumentativas para destrozarte. Es muy probable que al otro día ni recuerde la discusión. ¡Viva la mentalidad dual!
CÁNCER: Dada su sensibilidad ante las emociones negativas, posiblemente su reacción no será nada más que llorar o llenando su mente de mala vibra. Eso no indica que perdone, y muchos menos olvide tan fácilmente.
LEO: Cuidado con herirlo, ya que, sacará partido de su egocentrismo haciéndote saber lo mucho que vale y que no debes pasarte con él. Su enfado es visible e implacable.
VIRGO: En lo común, es capaz de enfadarse más consigo mismo que con los demás. Su lado lógico le permite entrar en mayor calma, pero puede mostrarse distante y frío.
LIBRA: Es el menos propenso a enojarse, y si lo hace, sabrá mantener el equilibro y la armonía. Busca la manera de arreglar el problema o si vale la pena desatar el caos.
ESCORPIO: Podemos encontrarnos dos facetas aquí: si te ignora y está en calma, internamente hierve de la rabia mientras en su mente piensa las formas de asesinarte (¡si amigos, puede controlarse!) Sino, empieza cavando tu tumba...
SAGITARIO: Sus estallidos de furia se asemejan a una bomba, rápidos pero muy dañinos. Mejor quédate en silencio mientras te ataca en donde más duele.
CAPRICORNIO: Le gusta tener el control de sus emociones, prefiere mantenerse reservado. Conservará una actitud tranquila, reflexionando y olvidando aquello que le provoque una mala sensación.
ACUARIO: Rara vez se le ve molesto, incluso sus acciones ante una molestia son mínimas, no pierde la cordura y prefiere alejarse.
PISCIS: Es fácil para este signo evadir problemas cuando se encuentra inmerso en ellos, aunque si algo acaba en su punto más débil reacciona de manera brusca e inesperada.
