CAPÍTULO 7... Suga...

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— ¿te molesto realmente? —pregunté curioso. Ella negó con la cabeza

—No realmente. Eres mejor que estar sola —confesó tranquila, apoyando la cabeza sobre sus brazos en la barra. Se veía cansada y un poco mareada.

—Entonces no te dejaré sola esta noche... —sonreí ligeramente.

Ella me miró detenidamente, de una forma extraña, tal vez por los efectos del alcohol pero sentía que estaba analizándome, de una manera que no quería. Ahora necesitaba sentirme seguro de los próximos movimientos, tenía que seducirla, así que de mi bolsillo saqué un puro perfectamente conservado.

Ella abrió los ojos sorprendida y levantó la cabeza. Tomó el puro entre sus manos, arrebatandomelo y lo tiró al suelo para aplastarlo con la punta del pie.

— ¡¿De verdad, Suga?! —me miró indignada mientras yo veía absorto mi puro, destruido contra el piso—. Estuve a punto de darte una oportunidad esta noche... ¡Te lo dije! ¡Me molestan mucho las adicciones!

— ¡Oye! ¡Ese era un puro bastante caro! —dije molesto y me levanté también.

Ella era ligeramente más pequeña y por ello noté como su valentía se iba lentamente, al sentirse intimidada por mí. Me acerqué bajando un poco la cabeza y acortando la distancia entre nuestros rostros. Sus labios se veían tan hermosos, perfectamente carnosos y hechos para mordisquear... quería poseerlos ahora.

Una sonrisa se formó en los labios de la chica, dejándome ver sus blancos y perfectos dientes.

—No Suga, ni lo pienses... —vaciló por el alcohol.

— ¿Qué pasa, cariño? —la tomé por la cintura y en un movimiento la acerqué a mí con fuerza. Ella colocó sus brazos sobre mi pecho para mantener distancia— ¿pensar en qué, preciosa? —acorté la distancia entre nuestros labios inclinando la cabeza hacia un lado mientras ella mantenía el rostro recto.

—Intentar hacer ésto —rió por lo bajo mientras nuestros labios estaban por tocarse—. No Suga, no te equivoques. No soy la clase de chica que frecuentas —sentenció y volteó el rostro antes de que la besara ¡maldita sea!—. Ahora déjame ir...

Subió las manos por mi cuello hasta encerrarme en un abrazo y después me jaló para sí con firmeza. Levantó la rodilla tan rápido, dándome un duro golpe en el estomago.

Me alejé de ella enseguida, doblegado por el dolor.

— Pero ¡¿Qué haces?! —su amiga porrista llegó corriendo a darle una reprimenda.

—Nada... —susurró en un tono inocente y con una sonrisa tierna debido al alcohol.

— ¡Estás ebria! —le gritó aquella chica bonita a mi chica bonita.

—No, no es verdad —fingía demencia aunque comenzaba a tambalear de forma obvia.

— ¡Brooklyn tu no bebes! ¡¿Qué esperas que les diga a tus padres cuando llegues a casa?! ¡No, es más, ahora mismo nos vamos a casa! —le gritó su amiga, tomándola por la muñeca y llevándosela finalmente del lugar.

La odiaba por el golpe, por dejarme con las intensiones de besarla, por dejarme con el deseo de tenerla esta noche en mi cama, por beberse mis tragos, por destruir mi tabaco en el suelo, por ser tan jodidamente sexy y aun así, no podía hacerlo en serio porque ella seguía gustandome.

Esta chica era distinta, si cualquier otra me hubiera hecho lo que ella, claro, no la hubiera golpeado pero si la hubiera asustado para dejarle bien claro quién soy. Entonces recordé.

—Brooklyn... —murmuré con una sonrisa victoriosa.

A pesar de todo conseguí su nombre.

— ¿Estás bien, hyung? —preguntó JungKook al acercarse preocupado—. Vimos que esa chica te golpeó —rió burlón sin reservarse.

Me erguí enseguida y lo miré amenazante. Él se asustó.

—Sí, estoy bien —sonreí con ironía. Esa chica sí que era fuerte.

(♣♥Brooklyn...♥♣)

A mitad de la pista se encontraba Hyemi con Junho, ambos nos miraron sorprendidos al verme en ese estado. Supongo que debió impactarlos verme así.

—Creo que debo irme —le dijo Hyemi a Junho, el asintió con la cabeza—. Gracias por la velada —le sonrió y de puntillas le depositó un pequeño beso en la mejilla. Adorables.

—Nos vemos en el colegio —le respondió él con una sonrisa.

Esta vez, me subieron al asiento trasero del copiloto. Me colocaron el cinturón de seguridad y Maery me recostó sobre su regazo, sentándose junto a mí. Hyemi tomó mi lugar y entonces dimos marcha de regreso a casa.

— ¿Qué le vamos a decir a los padres de Brooklyn? —preguntó Maery preocupada

—No lo sé, pero si me ven entrar con ella creerán que soy una mala influencia —exclamó Tamee

—Lo mismo será conmigo —replicó Maery

—Está bien, supongo que iré yo... pero Maery tendrá que ayudarme a subirla... —explicó cansada y seguro harta de su mejor amiga.

—Lo peor es que la regañarán por la resaca que seguro tendrá —comentó Tamee con la mirada fija al camino.

— ¡Me quedaré con ella! —dijo Hyemi—. Mis padres no llegan hoy y le puedo decir a mi nana que me quedaré con ustedes en una pijamada en casa de Brooklyn, ¿me ayudan?

— ¡Claro! ¡Apúrate! —dijo Tamee

[***]

Maery ayudó a Hyemi a subirme hasta el departamento de mis padres. Estando en la puerta Maery me dio una fuerte bofetada para que reaccionara un poco y pudiera mentir bien. Al parecer funcionó porque me molesté.

—He llegado —anuncié al entrar a casa y Hyemi me empujaba rápidamente hacías las escaleras, en parte, para que no tambaleara.

—¿Dónde estás? —mi madre se asomó desde el barandal más alto de las escaleras.

—Buenas noches, señora Jan —saludó amablemente Hyemi

—Buenas noches, cariño ¿Qué haces aquí? —preguntó curiosa

—La invité a dormir, ¿está bien? —cuestioné enarcando las cejas esperando una respuesta desaprobatoria

—Es que mis padres no llegan hoy y no quería estar sola... —dijo fingiendo tristeza

—Claro que está bien, no se preocupen. Vayan a dormir —dijo amable, sorprendiéndome.

— ¡Gracias mamá! —dije con una sonrisa y tomé a Hyemi de la mano haciéndola correr escaleras arriba para poder encerrarnos en mi habitación.

The Perfect Strategy -SUGA- BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora