Changsung no estaba con ella...
¡Que oportuno! Me divertiría mientras hyung no estaba. Sonreí perspicaz al mirar su espalda.
— ¡¿A quién miras, querido hyung?! —ese era V, palmeando mi espalda con demasiada fuerza y confianza para ser menor a mí. Le miré severo, por lo que se disculpó enseguida—. Sólo quería saberlo. Lo siento mucho, hyung. Es que estabas sonriendo demasiado... —se encogió ligeramente de hombros para demostrar su ingenuidad en el asunto.
Lo miré y entonces me di cuenta que los demás estaban detrás de nosotros.
—Quería asustarla un poco —le expliqué señalando a la linda chica mientras tomaba a V de un hombro para que viera en dirección hacia ella.
— ¿Qué quieres hacerle? —sonrió con diversión y cierto tono de malicia.
— ¿Aun con la chica de Changsung, eh? —ese era Jin tranquilo, irónico, desentendido, como si no hubiésemos pasado por la escena anterior.
Tensé la quijada y me mordí la lengua para no responderle. Ganas no me faltaban de partirle la cara o por lo menos decirle todas aquellas groserías que se merecía.
—Me debe un par de cosas, pero como no quiso pagarme con lo que tu sabes... Ahora debo presionarla con dinero —golpeé el hombro de Taehyung ignorando al otro hyung, para que este aceptara mi idea y la secundara. Sonrió divertido y asintió con la cabeza al comprender.
—Claro que te ayudaremos, hyung —ese fue un Jimin emocionado; acercándose a nosotros para palmear nuestras espaldas en señal de afirmación—. Si se trata de ir con ese grupo de lindas chicas, estoy más que encantado. Siempre he querido acercarme a cualquiera de ellas... —rió, mordiéndose el labio inferior como siempre acostumbra en particular.
Sonreí victorioso, porque si tenía a tres de los chicos a mi favor, todo el equipo no tenía de otra más que estar de acuerdo; y sí, Hope estaba de mi lado.
La escuché, estaba mortificándose por "deberme tanto", lo cuál en ese rostro tan angelical, le hacía verle realmente tierna y adorable. Les indiqué a los chicos cómo y dónde debíamos acercarnos a ellas, recibiendo asentimientos de cabeza básicos como en algunos de aquellos operativos a los que estábamos acostumbrados. Sin dudar, me senté a su lado, llenando mis fosas nasales de su embriagante perfume.
— ¿Qué ocurre, preciosa? ¿Ya le dijiste a tus amigas lo que me debes? —susurré lo más cerca que pude de su oído; usando ese perfecto tono de voz y esa excelente táctica de seducción. A las chicas les encanta que un hombre hable de manera gutural cerca de su oreja para acariciarles el tímpano.
Y al notar la reacción tensa de la linda Brooklyn, me di cuenta que ella no era la excepción. Brooklyn tenía una debilidad después de todo.
Levantó la mirada para visualizar la peligrosa situación en la que se encontraba; puedo asegurar que observó cómo Bangtan volvía locas a sus amigas tan sólo con su presencia, como a cualquier chica en la universidad y es que ¿cómo negarlo? Cuando tantas chicas te siguen a diario y dicen lo apuesto que eres, te das cuenta que es cierto y que puedes tenerlas con un simple detalle... aunque ya lo saben, Brooklyn no es ese tipo de chica...
Ella era como el pequeño conejo que quería hacerse valiente cuando no tenía la fuerza para hacerlo. El conejito blanco que a estas alturas se encontraba acorralado entre las garras del lobo; y aunque forcejeara, el lobo no iba a liberarla fácilmente, porque era sólo un juego para éste y quería divertirse un poco más con ella.
Entonces la tomé por la cintura, jalándola hacia mi para mantenerla cerca, para dejarle claro que era mi presa y que estaba dispuesto a luchar por ella. Divertido ¿no? ahora era un reto, sin embargo, no iba a tener problemas con Changsung-hyung por una chica como ella; una chica con un cuerpo, aroma y piel tan agradables. Tan únicos y perfectos.
Me gritó... y ahora huía a grandes zancadas muy indignada; claro, después de tomar su mochila y almuerzo de la mesa. F.a.s.t.i.d.i.o.s.a.
Y la gota que derramó el vaso de mi paciencia fue cuando escuché a los otros reírse de mí. Aquella chica de verdad era un desafío y a diferencia de esos ineptos que tengo por amigos, yo lo estaba intentando. Regresé la mirada hacia ellos, regalandoles una de mis más "encantadoras" advertencias, asustando también a las amigas del conejo; razón por la que se levantaron y fueron detrás de ella en busca de protección... y bueno, ahora que todo el colegio nos veía como el espectáculo del almuerzo...
— ¡¿Sabes lo que esto significa, verdad?! —la seguí; furioso, fastidiado. No iba dejar que aquella chica dejara la situación de esa manera; ella era mi presa... mía, no de otro, no de Bangtan, no de Changsung— ¡Esto no puede quedarse así! —sentencié tomándola de un hombro haciéndola girar sobre sus talones para finalmente tenerla cara a cara. Para dejarle claro lo que ella era para mí...
Entonces obligué a sus labios chocar contra los míos; en un ligero roce que esperaba, por obvias razones, fueran suficientes para que ella me buscara después.
Sin embargo, algo no iba de acuerdo al plan. No contaba con que sus labios supieran así de deliciosos, o con que fueran así de apetecibles y carnosos. Con que los míos se movieran a un compás distinto, al que es normal en mí, sobre los suyos. Con que la estuviera besando en serio y en cuanto ella correspondió, me percaté que estaba disfrutando del tacto al igual que yo.
Sonreí a mis adentros e incluso cuando me separé de ella, me sentí victorioso. Bastante, bastante bien.
Brooklyn tenía una debilidad después de todo. Ella seguía siendo una chica y no era exactamente la mejor chica del mundo. Ahora sabía la "clase" a la que pertenecía.
— ¡Esto es la guerra, preciosa! —afirmé serio, decidido.
Ella conocería al verdadero Suga, aquel Suga que no se anda con contemplaciones hacia alguna chica. Que fuera linda no le daba derecho a hacerse la valiente conmigo, mucho menos cuando no era más que una simple presa y eso debía tenerlo claro.
Tiré su bandeja del almuerzo, salpicando los platillos que le ensuciaron la ropa mientras rápidamente me alejaba de ella, para evitar ensuciarme también. Reí interiormente cuanto esto sucedió y más cuando ella mantuvo una cara bastante impresionada.
Iba a caer ante mí y lo iba a hacer tan fuerte...
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The Perfect Strategy -SUGA- BTS
أدب الهواةBangtan es uno de los grupos más populares dentro del campus universitario. La razón es simple: alborotar las débiles hormonas de casi todas las chicas inscritas en el sistema... y se dice "casi", porque Brooklyn resulta ser la excepción. "Siete i...