CAPÍTULO 29... Suga...

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(♣♥SUGA...♥♣)

Después de hablar con J-Hope al respecto, me dijo que debía tranquilizarme, que todo saldría bien y que él me ayudaría en cualquier cosa que necesitara. Si era necesario avisarle a Bangtan, lo haría, me molestara o no; por lo que frustrado llevé mis manos a la cara, esperando que todas esas palabras se volvieran realidad. Hoseok tuvo que irse, ya que él sí asistiría a la reunión de la estrategia, mientras yo me mantuve jugando un poco más hasta que comenzó a llover.

Hacía frío y mi sudadera estaba bastante mojada como para hacerme temblar. Necesitaba algo caliente y mientras me refugiaba bajo la lona de una tienda de ropa, miré una cafetería frente a mí. Se veía tan cálida. Busqué en mi bolsillo y por suerte tenía dinero suficiente para entrar.

Era aún más acogedora por dentro. El aroma a café y postres recién hechos te inundaba desde que pisabas el lugar; el calor del ambiente era muy gratificante. Sin duda esa cafetería era popular, ya que me costó mucho trabajo encontrar una mesa disponible, hasta que vi un señor de edad avanzada levantarse de una mesa para dos cerca de la ventana, con lo que a paso apresurado me acerqué a la mesa a ocuparla. 

Un espumoso café de tres chocolates fue la bebida que llamó mi completa atención dentro del menú, por supuesto, iba a pedirla.

—Buen día, ¿Cuál es su orden? —entonces su maravillosa voz me sacó de mis pensamientos y casi de inmediato levanté la cabeza para verla.

— ¿Brooklyn? —cuestioné incrédulo, abriendo los ojos con sorpresa mientras la contemplaba tan linda con su uniforme de mesera. 

Ella al escuchar su nombre bajó la diminuta libreta donde anotaba las órdenes para observarme estupefacta y retroceder unos centímetros.

—Suga... —susurró como si de manera automática quisiera huir de mí. 

— ¿Trabajas aquí? —cuestioné para retenerla y evitar que saliera corriendo de mi mesa.

—Sí... —apenas pude escuchar su susurro— ¿qué haces tú aquí? No has pisado este establecimiento desde que...

—Si no te has dado cuenta, está lloviendo allá afuera, así que quise entrar, pero contigo... ahora está mucho más "caliente" aquí dentro —le sonreí de manera ladina, observándola de pies a cabeza para molestarla y de esa manera evitar que sacara a tema mi última visita a este lugar.

— ¿Que vas a ordenar? —logré mi cometido, pues su voz nuevamente fue firme

—Dos tazas con chocolate preparado a base de tres —indiqué divertido, intentando encontrar su mirada pero ella parecía tímida al evitarla con ese pequeña libretita entre sus manos

— ¿dos tazas? ¿esperas a alguien? —cuestionó al notar que pedí dos órdenes. Negué con la cabeza tranquilamente y la miré fruncir el ceño mortificada por ser tan curiosa.

—No... pero ¿no puedo pedir lo que yo quiera? —enarqué las cejas retándola. Ella suspiró

—Lo siento —asintió con la cabeza ¿por qué era tan amable ahora?—. Muy bien, enseguida traigo tu orden ¿deseas algo para acompañar tu chocolate?

— ¿Qué me recomiendas? —sabía que no tenía paciencia al hablar conmigo, por eso lo hacía

—Hay pastelillos con crema, saben muy bien con el tipo de chocolate que pediste —los señaló con su pluma, por lo que giré mi cabeza hacia atrás con dirección al mostrador. En efecto, los pastelillos se veían muy apetitosos— Hay de vainilla, chocolate y fresa...

— ¿cuál escogerías tú? —de nuevo regresé a mi posición correcta, mirando la carta como si fuera un cliente cualquiera para que no pensara que toda mi atención estaba en ella

The Perfect Strategy -SUGA- BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora