CAPÍTULO 49... Suga...

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(♣♥Brooklyn...♥♣)

Jadeé en el preciso momento en que sus manos se adentraron bajo mi blusa, y la punta de sus dedos hicieron contacto con mi piel, casi quemándome. Me apreté contra su cuerpo, ignorando la idea de que me faltaba oxigeno. Hacía tanto que no probaba sus labios, que alejarme de ellos, parecía una idea suicida. 

¿Cómo es que llegué a estar sentada sobre la isla de la cocina? 

—Brooklyn... —murmuró el chico blanquecino con una sonrisa, en la que mantenía prisionero mi labio inferior. Mis dedos revolvían una y otra vez su cabello, me gustaba jugar con su pequeña melena y mucho más, mantener mis labios sobre los suyos. 

Gruñó cuando mis piernas le abrazaron la cintura y le obligaron a pegar su evidente erección, cerca de mí. Diablos... ¿yo le ponía así? 

Su boca se deslizó lentamente desde el mentón hasta mi cuello, donde no pude resistirme a la sensación y le di más acceso a éste. 

Su lengua... la punta de su lengua se deslizó por la piel, erizándola ante su toque. Gemí en respuesta. 

—Espera... —mascullé deteniéndolo por los brazos, justo en el momento en que iba a despojarme de mi blusa. Me miró curioso, casi asustado. Sonreí—. No planeo hacerlo en la cocina... ¿Qué sucede si Yoohyun se despierta a mitad de la noche por comida, eh? 

— ¿Estamos en la cocina? —su expresión fue confusa, casi inocente, ajeno al entorno. 

—Tonto... —le besé rápidamente los labios antes de empujarle por los hombros y saltar de nuevo al suelo. Me desequilibré, y enseguida unos brazos me rodearon la cintura—. Guau, creo que estoy tan abrumada al respecto como tú... —bromeé girando sobre sus brazos para mirarlo. 

—Bien, entonces solucionemos eso de inmediato. 

(♣♥SUGA...♥♣)

Sus brazos se enredaron rápidamente alrededor de mi cuello mientras seguíamos besándonos. Mierda, no sabía cuánto tiempo llevábamos haciendo éso pero era increíble; terminamos subiendo las escaleras sin despegarnos un sólo centímetro. 

Gruñí cuando mordió mi labio con rabia y después sonrió de manera divertida. 

—Estás siendo algo ruda, eh. Luego no te quejes si lo soy demasiado contigo... —murmuré deslizándome con parsimonia a la piel de su cuello, entre mordidas y succiones... delineando así hasta la punta de su hombro. 

—Quizá eso es lo que estaba esperando... —gimió arqueándose, cuando arremetí contra ella, aún con la ropa interior bloqueando mi camino. ¿Qué tan desesperados estuvimos para eliminar todo lo demás sin darnos cuenta? 

—Maldición... —ella estaba por volverme loco. Loco. 

Enredó fuertemente sus piernas alrededor de mi cadera, cuando lo que estorbaba fue lanzado lejos en la habitación y un preservativo estaba puesto en su lugar. 

—Alguien está un poco ansiosa... —murmuré acariciando sus deliciosos muslos,Tan suaves... mientras ella volvía a abrazar mis hombros para besarme de una forma tan caliente... tan única.

—Ni siquiera estoy segura si amaneceremos juntos mañana... sólo sé que te necesité tanto en cuanto te ausentaste. Así que voy a permi- —gimió con fuerza y cerró los ojos casi con las uñas en posición para clavarse en mi piel— ¡Suga! —reclamó sumamente sonrojada. 

Está bien, lo acepto, fui muy brusco al introducirme así en ella, sin avisar... Es que la necesitaba bastante y no quería hablar mucho.

También cerré los ojos con fuerza cuando lo hice, teniendo que mantenerme quieto por unos instantes, en lo que ambos nos acostumbrábamos a tan deliciosa sensación. 

The Perfect Strategy -SUGA- BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora