CAPÍTULO 14... Suga...

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Recuperé el aliento mientras la observaba sonreír al buscar algo dentro de su mochila.

Tan linda, tan perfecta ¿Por qué estaba sola en su salón? ¿Necesitaba compañía?... yo podría hacerlo. Me daban tantas ganas de entrar, encerrarme con ella y bueno... «No, espera. Changsung... ¡maldita sea!»

Suspiré desganado y preferí esperarla afuera; aunque no pude ser tan paciente y en cuanto salió, necesité estar más cerca.

— ¡Suga!... —susurró y me encantó verla así de sorprendida; mucho más que me recordara, que supiera quién soy y que dijera mi nombre.

Comenzaba adorar como sus labios se movían al hacerlo, aunque me encantaría más oírlo en un gemido.

—Hola, cariño ¿Qué tal tu fin de semana?  ¿Me extrañaste? —pregunté arrogante, tranquilo, queriendo intimidarla

—No me digas "cariño" —tajante. Quitó mi mano de su brazo, alejándose de mí. Esta chica...

—Vamos, no te pongas en ese plan otra vez —lo último que quería era alejarla, de hecho, quería todo lo contrario, toda su atención.

¿Por qué rayos no se fijaba en mí? Le quité los audífonos para que me escuchara mejor.

— ¿Qué es lo que quieres? —ahora estaba por completo a la defensiva.

¿Que qué quería? Por dentro esa pregunta se respondía sola. La quería a ella... ahora. Debajo de mi, gimiendo... gritando mi nombre.

« ¡Changsung-hyung!» Mis demonios personales comenzaban a molestarme. No podía decirle eso, ni desearla tampoco.

—Que me pagues —contesté simplemente, fingiendo desinterés en ella.

[***]

—Búscalos en Internet, cariño —no iba a discutir con ella, porque eso llevaría a explicaciones y jamás me excusaría con alguien, mucho menos con una chica por más linda que fuera—. Los gastos de farmacia por tu "pequeño" golpe —está bien, eso era mentira, pero la verdad es que esa noche me habían golpeado por su culpa—, y un fin de semana completo de abstinencia —susurré sobre sus labios.

Me había dejado acercarme y sí, cuánto deseaba besarla pero estaba furioso. Por su maldita culpa me peleé con mi hyung y entonces recordé que no podía meterme con ella... aunque sólo necesitaba un empujón, uno solo, para que se dejara vencer. Necesitaba que ella probara los besos que podía darle y de lo que mucho que podría disfrutar conmigo. Tentarla.

—No te creo eso último —respondió retándome, volteando la situación. « ¡Demonios!» Ella quería que me acercara primero y no habría problema con eso, si no... «¡Mi hyung!... ¿Por qué no sólo una noche?» Me alejé de inmediato. No podía soportarlo más.

—No pienso pagarte todo eso ¿Dónde sacaré el dinero? —siguió hablando de manera tranquila 

¿Acaso le gustaba jugar conmigo? No, ella era mi juego...

—Eso debiste pensarlo antes de causar "destrozos" —me burlé, sí, de la inocencia en sus palabras para nombrar el caos que causaba—. También está la opción de pagar con carne —murmuré a su oído, quería provocarle. Podíamos jugar si quería, aunque caería primero.

- No seas vulgar -me alejó. La bonita chica se ofendió. Mierda-. Entonces ya veré como pagarte, pero intenta mantenerte lejos de mí.

—Eso es imposible, cariño —«te deseo demasiado...» la quería justo ahora.

Sólo un maldito empujón. Incluso sabía lo que ella sentía en ese momento, debido a la mirada que tenía. Estaba excitada. Lo único que le faltaba era un pequeño y maldito empujón... así que intenté besarle los labios de una puñetera vez. Comerle la lengua y hacerla gozar tanto como podía. Fue entonces cuando un estúpido tono provino de su pantalón, de su estúpido móvil... haciéndola desviar la mirada. Un estúpido mensaje que la desconcertó

—Te daré el dinero cuando lo consiga ¿está bien? —enarcó las cejas ¿Cómo podía relajarse tan rápido? Entonces una especie de coraje me recorrió el cuerpo al pensar que ese estúpido mensaje era de Chansung, citándola para almorzar—. Me largo —dijo casi huyendo de mí, antes de que siquiera pudiera responder.

Maldita seas, Brooklyn... maldita seas al provocar tantas sensaciones en mi cabeza...

—Claro, sigue. Atemorízala de esa manera y obviamente dejará a Chansung para estar contigo por una sola noche —ese era Jin acercándose a mí con una fastidiosa sonrisa burlona.

— ¡¿A ti qué demonios te interesa?! —lo miré molesto. Tan entrometido. Me apoyé de espalda en la pared donde hace unos minutos estaba Brooklyn. Miré al techo para suspirar profundamente y tranquilizarme

—Imbécil... primero baja la inflamación de tus pantalones —no dejaba de sonreír como un idiota burlón « ¡maldición!»

—Vete al infierno, Jin... —lo miré furioso alejándome de él.

—Rechazaron mi petición —respondió a mis palabras con sorna, por lo que levanté el dedo medio en su dirección, sin siquiera voltear a mirarlo.

[***]

Y ahí estaba ella, en la misma mesa de siempre con sus amigas... aunque algo era demasiado curioso.

The Perfect Strategy -SUGA- BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora