CAPÍTULO 34... Suga...

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(♣♥SUGA...♥♣)

Caminé con frustración de regreso a mi casa. No tenía nada que hacer en ese edificio y mucho menos cuando el portero me miró de aquella manera ¿Acaso todos iban a recalcar lo idiota que fui? Incluso después de lo que dije, no podía subir de nuevo, decirle que me arrepentía o cualquier otra cosa si su padre y Jin estaban ahí... sí, Jin. 

Así que mientras revolvía mi cabello molesto, intenté comprender la frase que me dejó en blanco, como un imbécil. Ella no estaba saliendo con Chansung-hyung... ¡Maldición! Mi cabeza dolía y no dejaba de dar vueltas por esas palabras. Me sentía un completo estúpido por haber explotado sin razón... ¡Que fastidio!

*—¿Suga? ¿Dónde te has metido toda la noche? —su voz, sonó preocupada en la bocina

*— ¡Hoseok! ¿Dónde estás ahora? —cuestioné ignorando sus palabras por completo

*—En la guarida, ya sabes... ¿Dónde más podría estar? Oye, por cierto ¿Qué le hiciste a Kook? No tiene mucho que llegó molesto y maldiciéndote.

*—Nada, no le hice nada al niño —rodé los ojos pensando en lo cuanto me molestaba la intervención de Kook—. Bueno, ocurrió algo... creo que cometí una estupidez

*— ¿Tú? ¡Que novedad!... La verdad, no es para sorprenderse —suspiré con pesadez para que se diera cuenta que no jugaba y que eso me molestaba— ¡oh, creo que ya sé que clase de estupidez! ¿Quieres hablar de ello?

*—Sí... ¿podemos vernos dentro de 20 minutos? No quiero ir a la guarida ahora.

*—Está bien, no hay problema... oye, sabes que Jin-hyung se molestará si no das tu parte del plan. Aún tenemos que analizarla y ver si queda con lo que pensamos nosotros

*—¡Que Jin-hyung se vaya a la mierda!. Te veo en el lugar de siempre... —terminé la llamada.

(♣♥Brooklyn...♥♣)

Limpié las lagrimas de mis mejillas para poder entrar tranquilamente a mi casa. Me había quedado unos minutos frente a la puerta intentando arreglar mi aspecto, pues no podía evitar que mis ojos se pusieran muy rojos cuando lloraba en silencio.

Sin embargo, lo primero que pasó fue que di un grito de pánico agudo, al ver como la puerta se abría antes de que estuviera lista y por ello no quería ser sorprendida en mi estado. No obstante, fue el chico castaño quien estaba en la entrada con el ceño fruncido.

—Brooklyn... —susurró sorprendido de notarme sin intenciones de entrar— ¿Estás bien? ¿Estás llorando?... ¿Por qué? —enseguida cuestionó preocupado. 

¿Qué demonios le importaba mi estado? No tenía derecho... aunque al ser consciente de que me descubrió, aparté mi mirada de la suya, que claramente no era la fría y aterradora de antes.

— ¡¿Qué ocurre?! —mi padre salió de la cocina con un pan en mano, tan protector como siempre pero ¿Qué hacía con ese pan? Seguramente guardando la despensa... sin embargo, cuando ves a un miembro de la marina con un alimento piensas que la usará como un arma. Reí a carcajadas

—Nada, nada... —dije de inmediato cuando me tranquilicé, sonriendo ampliamente por sus acciones. Extrañaba a papá, sin duda esta faceta no aparecía en él desde hace mucho... y agradecí que Jin no dijera algo sobre cómo me encontró. Ahora mis lágrimas parecían de risa y no de tristeza— ¡Bienvenido a casa papá! —me lancé sobre sus brazos sintiendo su cálido apretón con firmeza junto a un baguette en mi omóplato. Me separé de él observando su atractiva sonrisa— sólo que Jin me sorprendió... ya sabes, no acostumbro verlo dentro de mi casa.

The Perfect Strategy -SUGA- BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora