El miedo en el cuerpo

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Sin duda era él. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, desde la raíz de mi cabello castaño hasta la punta de mi dedo más pequeño del pie. Reprimí las lágrimas que se aproximaban al borde de mis ojos. Con la voz quebrada dije:
Yo: Alba, ¿con quién hablas?
Alba: con un chico que conocí en la bolera.
Yo: ¿Como se llama?
Alba: David.
Él mundo se paro y sentí que mi corazón se rompía igual que aquel 12 de junio. Deje de escuchar a las chicas y tartamudeé:
Yo: Lo siento pero me voy.
Después de decir estoy eche a correr una maratón conmigo misma. Algunas de las chicas quisieron retenerme, otras alcanzarme pero la cara de Alba, esa cara, nunca la olvidaré. Una cara entre culpabilidad y miedo. Ella no tenia nada que ver y , sin embargo, se sentía culpable.
Corrí dejando que mis lágrimas salieran por mis ojos. No dejaba de pensar en él hasta que una mano me distrajo. Una mano me agarró del brazo haciendo así que me detuviera. Quité él pelo de mi cara y pude ver, entre mis lágrimas, unos ojos verdes, entre él precioso mar y la hierba.
**: ¿ Que te pasa?
Esas palabras hicieron que le abrazara y que me echara a llorar sobre su hombro. Me daba igual quien fuera solo necesitaba un hombro sobre , él cual, llorar.

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