Amigas con secretos

Su versión

*Narra Sara*
Yo: Hoy estaba en casa, limpiando con una coleta mal echa y con la peor ropa de mi armario cuando alguien llamó a la puerta. Pensé que erais alguna de vosotras por eso bajé como si nada, sin preocuparme por mi vestimenta, claramente sucia. Abrí la puerta y encontré a la persona menos inesperada, Leo. Estaba apoyado en él marco de la puerta mirándome con sus ojos verdes. Me agarró de la cintura y posó sus labios sobre los mios. No quería hacerlo pero fue inevitable tanto que le seguí él beso. No se por que pero, aún sabiendo que es tu novio, Uxía, ese chico me gusta.
Al acabar de contar lo sucedido por fin, después de todo ese tiempo contando todo, pude posar mis ojos sobre los de Uxía. Sus ojos estaban llenos de lágrimas que seguro que no podía reprimir.
Yo: Perdón...
Me sentía muy avergonzada por lo ocurrido era mi amiga no debía haberle besado.
Uxía se secó las lágrima, se levantó y salió corriendo, dando un portazo él cual, se escucho arriba.

*Narra Uxía*
Esto ya no. ¿Acaso jugaba a dos bandas? Me sentía ridícula, había besado a mi amiga. No podía estar con alguien que me mentía. En ese momento las lágrimas querían salir por mis ojos pero las contuve ya saldrían luego. Llego a su casa y peto con fuerza. Blas, o Leo, me abre. El problema es que me abrió en calzoncillos. Al ver mi cara roja me dijo:
Blas (o Leo): Ahora subo a cambiarme. Entra no te quedes fuera.
Me siento en él sofá y recuerdo todo lo que me ha pasado en esa casa. Después de pensar Blas vuelve.
Blas (o Leo): ¿Que querías?
Yo: Tenemos que hablar.
Se sienta algo confundido.
Yo: Blas o Leo como te llames me da igual, ¿como me has podido hacer esto? ¿Creias que no me daría cuenta? Y ahora no te hagas el inocente. Yo... Yo...¿Cómo he podido ser tan estúpida? Creía que me querías, que después de verme llorar y decirme que no querías volver a verme así no me harías esto. Te odio. Eres lo peor  que me ha pasado en la vida. ¡Ojalá no te hubiera conocido!

Acabo el discurso con lágrimas en los ojos. Dirijo mi vista hacia Blas. Sus ojos verdes se ven vidriosos y juguetea con la pulsera que le regalé. Tal vez juega con ella para no echarse a llorar en cualquier momento. Creo que me había pasado con lo último.

Blas: Leo, ha sido el ¿verdad?

Yo: Sí.

Blas: ¿Que ha echo?

Yo: Antes que nada di que eres Leo.

Blas: Yo no soy Leo.

Yo: Entonces, ¿quien es?

Blas: Es mi hermano gemelo.

Yo: Blas, ¿ que estas diciendo?