Te recordaré, te lo prometo

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*Narra Uxía*

Abro los ojos lentamente y, a mi lado, veo que esta Sara.

Yo: Uff, menos mal... He tenido un sueño muy raro. Primero Blas se iba diciendo que quería olvidarme, que había esperado demasiado. Luego conocí a Álvaro, el cuál besé, y Blas lo vio. Él tenía un ramo de rosas y un collar precioso, pero yo había visto que se había besado contigo pero resulta que tenía un hermano gemelo... En fin, un lío. Pero no es verdad así que todos felices.

Sara me ve con tristeza y señala a mi izquierda. Giro lentamente la cabeza hasta que observo a dos chicos idénticos, uno con un ramo de rosas. Grito pero Sara me tapa la boca ahogándolo. Esta se levanta de la silla que estaba a mi lado y le pega un puñetazo al hermano de Blas. Los dos se van.

Acaricio lentamente el pelo de Blas, entonces, este da un respingo. Me tiende el ramo de rosas y se levanta.

Blas: Creo que todo esta claro, ¿no?

Yo: Pues no. Quiero que sepas que en estas dos semanas no he parado de llorar, no he comido, me han parecido años. Blas, me he dado cuenta de que te necesito más que ha nada en este mundo.

Él se pone colorado, entonces, cojo su mano y entrelazo mis dedos con los suyos. Acto seguido lo atraigo hacia mí y le beso. Al separarnos Blas mira al suelo, triste.

Blas: No te dije lo de mi hermano por un motivo. Por favor, no te enfades...

Yo: No me enfado pero explicame el motivo.

Blas: Yo... Un día, antes de lo del accidente, mi hermano Leo besó a Sara y tu, obviamente, creíste que era yo. Llegaste a mí casa y me lo explicaste todo. Comenzaste a llorar y yo te dije lo de Leo pero no quisiste creerme, entonces yo también lloré. Como un idiota, dejé que salieras por la puerta, sin saber que tu vida estaba en juego. Podrías haberte salvado si hubieras cruzado la calle pero, como siempre, yo fui detrás de ti y grité que te amaba y tú te quedaste en el medio de la carretera observándome. Y luego... el coche...

No se contuvo más y lloró.

Blas: Fue todo mi culpa...

Yo: No te culpes por ello...

Blas: Pero si te hubiera dejado ir, te... te acordarías de mí.

Yo: Blas, tarde o temprano me acordaré, no te preocupes.

Blas: Y si, ¿ese día nunca llega?

Yo: Estaré a tu lado por siempre, Blas.

Le agarro por la cintura y apoyo mi cabeza en su tórax.

Blas: ¿Te puedo amar más?

Yo: Creo que es suficiente.

Amigas con secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora