Luana floreció como nunca. Dedicamos tanto tiempo a mejorar la seguridad de la ciudad que tuvo una increíble influencia en la infraestructura. Nos convertimos en una especie de fortaleza autosuficiente, calificada para la defensa y en pleno desarrollo tecnológico. Esto no se resume en días, sino años. Lo noté cuando me vi en el espejo y vi esas arrugas en la frente que no eran fortuitas. Claro, ya tenía hasta hijos grandes, era normal envejecer. Por alguna razón también me impresionaba ver a Mich más viejo. Recordé cuando me burlaba de mi madre, antes de la guerra. Le decía que parecía un perro sharpei y ahora yo era idéntico a ese perro. Sencillamente ya no era el niño inútil que disparaba a rusos indiscriminadamente.
La vida de un momento a otro dejó de ser fácil. Entre tener que asimilar mi recién descubierta vejez y Kayla amargándome la existencia con sus exigencias de "esposa", pronto llegaba algo más fuerte. Llegó el día en el que el observador del universo nos fue a buscar en unos vehículos sin ruedas, flotaban por el aire. Pidió con antelación cincuenta personas. La elección de las mismas fue realmente difícil. Ya que nuestro principal objetivo en Luana era hacer crecer a la población las mujeres se acostumbraron a estar perennemente embarazadas o de reposo del mismo. Ya que tampoco queríamos arriesgar a las mujeres jóvenes y fértiles el equipo se compuso de muchos hombres maduros, pocos jóvenes y algunas mujeres. Allí estaba yo junto a Mich, claro.
Éramos tan insensatos y no lo sabíamos. Todos tomado a nuestras armas y municiones, recordando el entrenamiento de puntería y control. Inútil todo lo entrenado. Pasamos mucho tiempo en esos extraños carros, calculo yo que horas. Atravesamos el desierto que absolutamente nadie se atrevía a visitar porque todo el que iba no regresaba. Luego entramos a una especie de bosque que jamás en mi vida había visto para después regresar al desierto. Cuando por fin se detuvo sentí que mi corazón se paralizaba. Bajé y miré lo que parecía una playa, pero oscura, de arena gruesa y fea, agua gris y olor particular. No se parecía en nada a las publicidades del Caribe de la historia pre-guerra. ¿Eso había estado allí siempre?
A nuestro alrededor había árboles torcidos. Lo que no esperamos es que de allí comenzaran a salir bestias, una tras otra, totalmente decididos a matarnos. Eso fue una locura. Comenzamos a disparar indiscriminadamente y el impacto era mínimo, ellos eran mucho más fuertes. Las balas se acabaron en minutos. No era para nada lo mismo estar igualados en número y en un ambiente desconocido. Miré a Mich horrorizado. Su único consejo fue correr, y así lo hicimos, corrimos despavoridos por esa playa desgraciada. Nuestro primer Infierno fue oficialmente un fracaso. Terminamos lanzado rocas, golpeando con ramas, envenenados y cansados por horas. El resplandor de un rayo nos perturbó y la voz de ese ser sonó por todo el lugar. Dijo que el Infierno había terminado y que los ganadores eran las bestias.
Los pocos y aterrorizados sobrevivientes nos reunimos en el centro de la playa. ¡Justo allí noté algo increíble! La palabra del observador del universo parecía absoluta. Las bestias no nos atacaron por orden suya, pero bastaba con sólo ver como se comían a nuestros compañeros. Es una imagen repulsiva que aún guardo muy fresca en mi mente. El poderoso ser preguntó al gremio de las bestias qué querían como premio. Ellos obviamente contestaron: "Humanos para comer". Nos asustamos, pero el alivio regresó cuando dijo que era imposible. Comenzaron a discutir entre ellos ya en su forma humana. Uno pronunció nuestra maldición infinita: "Entonces que hayan tres infiernos más".
Desde aquí, un antes y un después. Los humanos nos convertimos en deudores de infiernos, deuda que aumenta conforme más infiernos se celebran. Hubo una gran depresión en la ciudad, luego se convirtió en ansia homicida. Pedían la cabeza de Mich y la mía por respaldarlo siempre.
ESTÁS LEYENDO
Toxicidad
Science FictionLuana son los restos de toda la humanidad tras la peor de las crisis. Los errores de los humanos serán pagados. Un místico ser poderoso concede la vida y la muerte. Como único juez, ha impuesto el Infierno, centro de batallas y tratos. Nev Muller es...