Toxicidad

Capítulo 24 - Uno adelante, dos atrás

Paciencia. Se preguntó si realmente es algo que todos los humanos poseen. ¿Podría estar agotándosele? ¿Era posible? Hay elementos que seguramente todavía puede soportar, pero hay otros que desatan en él furia, violencia, sentimientos dignos de ser rechazados. A su vez también se ha vuelto apático. Recordó el momento en el que la chica se sentó sobre sus piernas, tan déspota y molesta. Por su sangre corría la rabia, viva y pura, incitándolo a no sólo tumbarla, sino callarla de una buena vez. Como una bestia que se burla de ti cuando te ve afectado porque ha matado a alguien. El deseo que del rectángulo metálico nazca la hoja de la espada para hacer que deje de hablar es legítimo. El momento en el que la chica se dio de lleno contra la mesa y comenzó a sangrar le asustó, pero no porque ella estuviera herida, sino por las actitudes que los demás pudieran tomar para castigar sus acciones. Y era peor, se veía en la forzosa necesidad de negociar con ella, pero no está dispuesto a prostituirse por información.

¿Qué podría ocurrir en esta nueva situación? ¿Se saldrá de control? Espera por lo menos que de su parte no haya más arranques violentos. Lo hará porque está desesperado. Ahora sabe que congelar el mercado de humanos y evitar los Infiernos sólo pone en riesgo a Luana. Si quiere tener un completo control debe eliminar al parásito que significa Allen para la política. Se escuda en sus discursos, en la buena economía que disfruta la ciudad, en la supuesta paz que proporciona. Le asquea. Actualmente su deber es sacar a Allen del juego, aunque eso signifique manipular un poco a Skyler, está decidido. Mira en su reflejo la mirada del poder. Aparece también en el reflejo unos ojos espectrales que le sorprenden.

—No puedes flaquear —recuerda la bestia detrás, sentada sobre una mesa.

—No tengo pensado hacerlo —dice arrogantemente mientras se acomoda el cuello de la camisa.

—La motivación no condiciona la reacción, deberías saberlo. Me refiero a que debes eliminar por completo las sensibilidades que asocias a esa mujer. A menos claro que decidas acostarte con ella para que suelte las cosas —alza una ceja Nova.

—Jamás. Aún conservo algo de respeto hacia mi persona —tuerce la boca al imaginarse el estar con Skyler. En definitiva no es una opción.

—Lo que te quiero decir es que debes estar mentalizado que tal vez ella quiere matarte. Y no hablo de estar armado por si acaso, sé que lo vas a estar, me refiero al impacto psicológico que va a tener eso sobre ti. A veces eres como papel en agua —la comparación le molesta un poco, aunque es cierto—. No puedes permitirte estar triste si ella arremete contra ti. Eso sería exactamente lo que Allen quiere. Ya no es tu amiga. Es una herramienta para el Antídoto, como Eloise, como yo. Dale el mejor uso entonces.

—Tú no eres una herramienta, deberías saberlo, que lo dices para halagarte a ti misma es otra cosa —suspira Nev—. Sí, estoy mentalizado. Puede suceder cualquier cosa, pero estaré bien. Prometo que ya no pareceré un papel en el agua —la mira con reproche por la comparación tan cruda.

—Orgulloso —se burla de su expresión.

Sí, se lo repite siempre, que es un orgulloso. Tiene toda la razón. Sólo los orgullosos conocen lo que significa sentir vergüenza por cosas que parecen mínimas, pero que internamente se transforman en monstruos devoradores de almas. Vaya pesar. Si tan sólo lograra dormir bien, pero ahora sus sueños tienen una nueva imagen y esa es el cadáver de Michael Frobisher. No cree posible que jamás volverá a soñar con ese jardín de flores azules.

***

Despierta ahogada entre el desesperante y asfixiante calor. Es imposible que haga tantísimo calor. Las temperaturas en Toxotrópolis son muy extremas a su parecer. La mañana consiste en morir de frío cosa por la cual la mayoría prefiere andar en modo bestia, para que su pelaje los cubra. La noche es el terrible calor en el que todos corren al barro para enfriarse aunque sea un poco. Mira a su alrededor a sus compañeros mestizos, sudando y retorciéndose del desespero igual que ella. Mientras tanto las bestias se apañan con una especie de piscina de barro que hicieron a base de enormes panelas de hielo que nadie sabe de dónde sacan. Igualdad para los mestizos nada, aquí es exactamente lo mismo. El que Lau la tratara con privilegios por ser su hermana es una historia distinta. Observa con dificultad por la oscuridad como las bestias están frescas dentro de la piscina, llenos como cerdos por el banquete de cadáveres y roncando. Le molesta. El único sitio en el que puede estar bien es allí, con los mestizos, los únicos que entienden.