Capítulo 10

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Abro la ducha y coloco el agua a una temperatura bien caliente. Al tomar el baño, recuerdo los besos y el desenfreno que hubo entre Bruno y yo. Pero ese mismo día, cuando era su clase, no se apareció. Y como no está, hay como un agujero en mi pecho que está esperando ser cerrado con su calidez. De lo que dudo es si realmente le atraiga. Hay un millón de chicas que fácilmente pueden estar atrás de él.

Tengo que apurarme un poco, así que me ducho rápido.

Me pongo la toalla de baño y luego me pinto las uñas de un color rosa pero le agrego un brillo mate al final, como las tengo largas, quedan perfectas.

Espero a que sequen, por lo tanto prendo mi portátil por un momento e investigo el nombre de Bruno en la red.

El primer link que aparece es Farocchio's Company. Ingreso a la página web y lo único que puedo entender de todas las palabras técnicas que veo, es que proveen a 87 % de las distribuidoras de cine de los Estados Unidos y a toda Italia, España, las debidas cámaras, personal estratégico, etc.

Me quedo impresionada al ver lo que encuentro: Gerente general: Bruno Faroldi.

Tengo que darme cuenta que mi mente aún no puede procesarlo, así que trato de asimilar lo que leo. Lo que me es difícil entender, es porque andaría de profesor por ahí en una escuela.

Hay que admitir algo. Mi escuela no es completamente del estado. Mitad la pagan ellos y la otra mis padres, pero a menos que fuera un colegio de príncipes y princesas, el no debería enseñar o perder su tiempo.

Muevo la cabeza para despertar de mi somnolencia y noto que mis uñas ya están listas, así que elijo mi outfit y seco mi cabello para después hacerle unas suaves ondas.

En mi closet tengo un vestido negro ceñido al cuerpo con encaje en la parte de atrás, luego me ajusto las pantis con las que tuve mi primera cita y elijo unas botas negras brillosas pero de taco nueve. Pues ya me veo alta. Unos pendientes de oro que compré con un dinero ahorrado y un collar dorado tejido con cola de rata que le acompaña unas piedras turquesas.

De peinado elijo una cola alta que no se desvanece que aprendí a hacer mirando uno de esos tutoriales en internet.

Lo que siempre trato de hacer con mi rostro es aplicar lo mínimo de base y tan sólo rizo mis pestañas, me añado un poco de brillo labial fucsia, arreglo mis cejas y hago un suave difuminado en mis ojos, pero con colores muy naturales. También pongo un poco de rubor al rostro y algo de polvo para sellar lo que he puesto.

Antes de bajar las escaleras tomo un bolso turquesa que mamá me compró para mi cumpleaños, en Mayo. Es Michael Kors.

Mis pisadas suenan fuertemente que mi madre nota que voy bajando.

- Antonella- a mi madre le brillan los ojos- te ves preciosa. Creces demasiado rápido, hija. Estoy feliz de que vayas por fin a una fiesta.

- La verdad es que no tengo ganas- digo sin mucho entusiasmo- pero gracias por el cumplido, aunque por mí me quito todo esto y les cancelo a las chicas.

- No sé porque dices esas cosas- me acaricia el cabello delicadamente para no arruinarme el peinado- Serás la más bonita, yo creo que a ti te envidian. No necesitas demasiado maquillaje para verte bonita, imagínate si te pusieras uno mate, otro de colores. Ya me imagino, una obra de arte.

- No creo- en realidad ella es la hermosa, preciosa, bella, linda, bonita, etc, etc. – Mira quien lo dice.- alzo una ceja, los cumplidos hacen que me ruborice.

- Bueno, te voy dejando.

Salimos de la sala para dirigirnos a la cochera. Mi madre saca el auto y entro en él.

Dentro de ti - Into youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora