Capítulo 19

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El día de hoy, amaneció con una luz brillante, llegando a opacas mis ojos. Es una señal de que el invierno ya se va.

A Bruno, lo extraño. Han pasado tan solo dos días que no lo veo, pero su ausencia deja un gran vacío en mí.

Está en California trabajando y probablemente vendrá mañana. Necesito verlo.

Hasta ahora, no le he contado a alguien sobre mi amorío con Bruno, ni siquiera a mis mejores amigas. Aunque mamá ya sospecha algo, es decir, ella cree que salgo con alguien de mi edad y no se lo cuento. Pero es mucho más complicado que eso.

Estoy en un parque sentada como idiota, viendo a niños y algunas parejas conversando. Si vengo hasta aquí, es porque Bruno me dijo que me llamaría, así que esperando la llamada estoy.

El sonido de mi celular interrumpe mis pensamientos.

-Bruno- contesto.

Hay un silencio en la llamada, no sé porque.

- Antonella- pronuncia mi nombre con firmeza.

-¿Qué pasa?- pregunto.

- Necesitamos hablar...llego hoy en la tarde- me dice- te recogeré a las 5 de tu casa.

- Tan solo dime qué ha pasado- mi voz es nerviosa y acelerada.

-No puedo decírtelo por aquí- toma un respiro y continúa- así que espero verte en la tarde.

- Esta bien- me rindo.

- Un beso. Adiós - suena preocupado. Corto la llamada antes de despedirme.

Mi corazón late rápido y lo único que puedo hacer es apagar mi celular. ¿Qué ha pasado? En mi mente hay varias hipótesis: alguien ha fallecido, me va a cortar, tiene una novia, ha embarazado a alguien. Etc.

No sé cómo sentirme ante las palabras de Bruno. Tal vez estoy imaginando cosas y hay algo que él quiere contarme. Sin embargo, su voz era seria. Aún las dudas me atormentan el cerebro.

Mi cuerpo se pone frío en pensar en diferentes posibilidades.

Camino del parque hacia la casa de Laura. Hoy, me ha invitado a almorzar con su familia.

Mientras me dirijo hacia allá, mi mente va haciendo un flashback de lo que he pasado con Bruno. Aquellos recuerdos, hacen que mi cuerpo se caliente instantáneamente.

¿Porqué no me puede gustar otra persona?

Cuando estoy al frente de la casa de Laura, toco el timbre de su puerta. Ella me atiende.

-Amiga- me da un abrazo y pasamos a su sala.

- ¿Qué hay hoy?- le pregunto.

- Hamburguesas a la parrilla- me sonríe y nos dirigimos a su azotea, que desde lejos huelo a la carne.

Mientras la mamá de Laura cocina, mi amiga y yo hablamos de la escuela y de nuestros planes a seguir. Quisiera contarle todo pero es imposible porque sus padres están aquí.

Después de la comida, todos nos unimos a una amena conversación llena de risas. Hace tiempo que no pasaba un rato en familia. Es decir, ellos no lo son, pero verlos juntos me hace sentir bien.

Son las 4:30. Es mejor que apresure el paso y llegue a casa. No es que me desespere por Bruno, pero lo que mi intriga es lo que me va a decir.

Me despido y me dirijo hacia mí casa. Cuando llego, abro la puerta y me aseguro de ver si mamá está ahí, la busco y no la encuentro.

Decido cambiarme, no me interesa lo que use esta vez. Bruno me conoce de todos los ángulos. Me pongo unos jeans celestes flojos, con un abrigo crema largo y bueno, dentro de ella un polo manga larga.

Me amarro el cabello rápidamente y tomo mi bolso. 

Me siento en la sala y prendo la televisión para no sentirme sola.

Alguien toca la puerta.

Es Bruno.


Mi corazón salta al ver sus ojos pero sé que no puedo ser más estúpida de lo que ya soy y evito su mirada que no me suelta.

-¿Cómo estás?- me pregunta con la voz débil.

- Bien- cierro la puerta de mi casa y nos dirigimos al auto. No puedo permitir que el resto de las personas nos vean. Aunque, por ahora, todos están en el trabajo.

Ya en el coche, en vez de encenderlo. Está callado y me queda viendo.  Yo también lo hago. Es inevitable no mirarlo y sorprenderte.

- Antonella- toma mi mano y luego me mira fijamente.

-¿Qué pasa?- mi voz es angustiada.

- Te amo. - mis ojos quieren lagrimear pero me aguanto. - Pero hay cosas que debes saber...

- Estoy escuchando- me acerco a él.

- No podemos seguir así- me dice - no puedo evitar que nos escondamos.

- Yo no lo veo...

- No está bien lo que tenemos y por más de que sienta algo tan fuerte por ti....- toma un respiro- debo dejarte. Debes formar tu vida y olvidarme.

-No lo haré- sale de mi un hilo de voz- no necesito que los demás vean con quien salgo, yo te quiero a ti...

Su mirada me enloquece y no concibo en mi mente como puedo dejarlo ir.

- No es saludable esta relación. Tú debes salir con alguien de tu edad o que no sea tan mayor- la verdad retumba en mi mente como un estruendo de guitarra eléctrica.- Por tu bien es mejor que lo nuestro acabe.

Al menos he significado algo para él. Lo "nuestro".

- No me importa si es saludable o no.- tomo su rostro con mis manos- me importa que estés conmigo.

Quita mi mano de su piel y yo me encojo.

-Antonella- su tono es serio- se acabó.

-¿Qué crees? ¿Qué puedes jugar conmigo a tu antojo? ¿Qué puedes quitarme la virginidad y hacerme creer que soy tu reina?- alzo la voz.

Veo la expresión de su rostro y esta es más débil.

- No puedes hacerme esto- una lágrima  sale de mi rostro. - Eres un cínico, un desgraciado.

- Perdóname- traga saliva- esto me duele tanto como a ti.

- Lo haré pero si estás conmigo.

- No puedo.

- Entonces te quedaras con tu cochina conciencia. Te amo, Bruno.- las lágrimas ya no se pueden contener- pero tú nunca me has querido más que por sexo.

- Te amo, pero no puedo permitir que retrases tu vida y tus metas por mi. Y desde que te vi, me encantaste.

- No quiero que me hables de esa manera, si sé que ya no estarás conmigo. - abro la puerta del auto y la cierro bruscamente. Que se compre otro.

- Cálmate- me toma del brazo pero yo trato de soltarme.

- Déjame - le grito- no pienses que haré alguna de tus tareas, imbécil. 

Dentro de ti - Into youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora