Capítulo 41

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Los días pasan rápido y ya me he recuperado. Algunos compañeros me vienen a visitar pero yo les digo de que no es nada grave. Que no me rompí o dañe algo.

Sigo tomando las pastillas de la receta y aparentemente mis exámenes de rayos x dicen que no tengo nada.

Últimamente extraño mucho a Bruno. Hablamos por teléfono cuando mi madre esta dormida o completamente ocupada que no anda en casa. Solo se va una semana y es como si una parte de mí me hiciera falta.

Justo no está en la semana de exámenes, por lo que es una ventaja: no me distrae su presencia y así me concentro más en las clases. Clases que quiero no ver más.

Tengo una fiesta el sábado, pero no tengo ganas de ir. En ellas siempre está Orlando, quien no me deja de mirar o hacerme preguntas y ese tipo de cosas. Yo la verdad, no siento interés alguno.

El lado positivo es que este sábado, también me voy a ver con Bruno, después del largo viaje. Iremos al lago. Mi madre nunca esta esos días. Es más, llega a las 10 de la noche, por lo que cuento con el tiempo para disfrutar de la compañía de mi #bigboy.

Son las 8 de la mañana y me despido de mi madre mientras aún estoy en la cama. Luego me levanto y tomo una ducha rápida. Termino con mi aseo personal y bajo a la cocina para desayunar.

Me preparo un crepé con jugo de naranja. Hoy es un día de picnic con Bruno, así que comeremos regular.

Eligió un vestido negro de verano, que me llega dos centímetros más arriba de la rodilla, junto con unas zapatillas blancas. Pero debajo de mi atuendo me coloco un bañador azul.
Me pongo mis gafas de sol y un labial natural.

"Estoy abajo. Demora lo que quieras" es Bruno quien me manda el mensaje. Entonces es momento de apurarse. Cuando lo vea le daré un fuerte abrazo.

No olvido echarme mi perfume favorito: green tea de Bulgari. Con ruegos mi madre me la compro.

La cartera la llevo en la mano y salgo de mi casa.
Entro al auto y mi corazón late fuertemente cuando mi mirada se encuentra con la de Bruno.

Nos besamos lentamente, pero con precaución a que no se oiga nada. Sus labios están un poco secos, pero eso lo hace más atractivo. Me da ganas de continuar besándolo. Entregarle mi alma, a través de él.

-No encuentras estos labios en California- me dice cuando cortamos el contacto labial. Luego me vuelve a dar un beso.

Los besos son pequeños pero en cantidad. Dulces como la miel.

-¿Así que...estabas probando?- le digo entre besos. Nos separamos ligeramente y él me sonríe.

-No...tan sólo te he extrañado demasiado-me da un beso en la frente y yo lo abrazo.- luces bellísima. Natural.

-Gracias- digo sonrojándome- ¿vamos o nos quedamos aquí en el auto?- alzo una ceja y el también.

-Déjame pensar...- suspira y luego me mira- al lago, obviamente.

Me abrocho el cinturón y Bruno inicia el camino hacia el lago. En Oregon, hay un montón de vegetación, mucho más si te adentras en el bosque, el cual es maravilloso. Hace tiempo que no lo visitaba.

La luz del sol es radiante pero no quema, tan solo abriga. Bruno anima el ambiente con música de los 80.

Llegamos al lugar y como me dijo Bruno, está vacío. Solo nosotros dos, en medio de una bella naturaleza. Tal y como un cuento de hadas.

Dentro de ti - Into youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora