-Qué bonita zona en la que vives, Jamie. Deberías invitarme más a menudo.
-Ni siquiera te he invitado. -dije intentándole blocar el paso a Liam, fallando en el intento y mirándolo frustradamente mientras subía las escaleras. Subí corriendo detrás de él. -Debes irte Liam. -le obligué.
-¿O qué? -dijo acercándose a mí, amenazándome. No aparté la mirada de su tenso rostro aunque era lo que más deseaba en ese momento.
-No sé, tú me dirás. -dijo Harry saliendo de la cocina. Mi salvación.
-Oh Harry, qué tierno. Quién lo hubiera dicho de ti... -Liam desafió a Harry en un tono burlón. Harry intentó mantener la compostura pero le costó. Sus puños estaban apretados; estaban tan apretados que si hubiera tenido las uñas largas, se las hubiera clavado en las palmas de sus manos.
-Liam, vete porfavor. -le supliqué. No quería que se pelearan allí; no quería que Harry se metiera en problemas por mi culpa. Quería a un Harry ileso. La súplica, pero, molestó tanto a Liam que se giró y me dio una bofetada en la cara con la suficiente fuerza como para hacer que retrocediera unos pasos. Me toqué la mejilla afectada por su dura mano; estaba ardiendo. Harry lo miró con rabia y yo los miré a ambos con terror.
-Tú te lo has buscado. -dijo Harry secamente. Durante unos segundos el silencio se apoderó de la habitación pero lo rompí. Lo rompí por un grito ahogado, seguido por un golpe seco por parte de Harry en la mandíbula de Liam. No podía verlo, no tenía fuerzas suficientes como para ver a ambos chicos peleandose delante mío, por mí.
No quería llamar a la policía porque acabaría afectando a Harry después de su historial y su reciente accidente. Tampoco quise llamar a Louis; ni siquiera a Niall pues no quería que nadie más resultara herido. Mi cabeza intentaba pensar rápido. La única idea más o menos sensata que se me pasó por la cabeza fue coger mi chaqueta, ponerme unos zapatos y salir de ese dichoso apartamento, con la esperanza de que dejaran de pelearse debido a mi ausencia. Anduve en línea recta y, pasados unos dos minutos, escuché como alguien chillaba mi nombre. Me paré en seco y me giré para ver a Harry acercándose a mi; cada paso que daba hacía mi mostraba su magullada cara. Tenía el labio con sangre y futuros moratones por toda su cara. Me abrazó con fuerza, dándome protección de las garras de Liam. Éste seguía en la puerta de mi apartamento.
-Esto no se acaba aquí.- dijo rencoroso y pasándose la manga por su nariz, dejando un camino de sangre en su ropa.
Abracé con fuerza a Harry; lloré en su hombro.
Le curé el pequeño corte que se había hecho en el labio.
-¿Cómo te ha encontrado? -me preguntó Harry.
-No lo sé. -le dije sin mirarle; estaba concentrada en su labio. Curándolo, no de la forma que me gustaría.
-Ahora deberías cambiarte tú de apartamento. -dijo Harry. Dejé de centrarme en su herida para centrarme en su mirada.
-No voy a mudarme. -dije seria. No pensaba irme de mi apartamento. Le tenía un cariño especial; me gustaba donde estaba situado. Era mi casa; no mi hogar; pero lo amaba lo suficiente como para no mudarme. Harry decidió dejar ir el tema. -Harry, ¿puedes irte?
-¿Qué?
-Que me gustaría estar sola un rato. -Harry me miró molesto, y tenía sus razones: acababa de pelearse por mí y ahora lo estaba echando de mi casa. Shame on me! Pero lo necesitaba fuera de mi apartamento. Cogió sus cosas y se marchó dando un portazo. Suspiré.
Saqué mi teléfono para enviarle un mensaje a Harry.
"Lo siento tanto..."
Era una cobarde disculpándome por mensaje. Miré la pantalla del aparato durante unos minutos esperando a que me contestara, pero no lo hizo, por lo que tiré el teléfono en el sofá para volverlo a coger al cabo de unos segundos. Estaba cegada por la ira que me había producido esa situación. Supongo que esa era la única explicación para justificar lo que estaba haciendo en ese momento; esa era la única justificación para quedar con Liam esa misma tarde para solucionar el problema que llevábamos arrastrando desde hacía casi dos años y que habíamos afrontado mal. Harry me contestó.
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Le Quattro Stagioni #Wattys2019
FanfictionCuando la danza y la música se mezclan, crean maravillas. En el caso de Jamie y Harry, se crea un desastre; un desastre maravilloso. NOTA: A pesar de que algunos de los personajes estén inspirados en celebridades, no tienen nada que ver con la re...