Ventiquattro

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Un estridente y constante pitido me interrumpió el profundo sueño en el que estaba sumergida. Me desperté, pero noté una inexplicable pesadez en mis párpados impidiendo que pudiera abrirlos. Puse un poco de fuerza y, poco a poco, sentí mis ojos abrirse perezosamente, viéndolo todo borroso, aunque dejando al descubierto el sol que había en el exterior. Intenté rascarme los ojos con mis puños, pero al mover mi mano derecha sentí como mis movimientos se veían limitados por una serie de cables o cuerdas. Me rasqué ambos ojos con la mano que tenía disponible y, de golpe, vi mi entorno más claro. Estaba en una habitación blanca; era de un blanco que incluso dolía al mirarlo debido a la inusual luz del Sol que entraba por la grande ventana. Estaba en una cama bastante más elevada de lo normal del suelo, cubierta en unas sábanas blancas. Mi mano derecha tenía una especie de plástico conectado a un cable en el dedo índice que, según las películas y Anatomía de Grey, medía mis pulsos y saturación de oxígeno. Tenía también, en la parte superior de mi mano, una vía que transportaba un líquido transparente hacía mis venas. Los pitidos que indicaban mis pulsaciones empezaron a sonar con más frecuencia.

-¿Jamie? -Ele apareció de golpe, supongo que venía del aseo.

-ELE AYUDAME. -le chillé desesperada, no sabía que estaba pasando.

-Jamie, tranquilízate. -dijo apresurándose hasta llegar a mí y cogerme con fuerza la mano que tenía libre.

-Eleanor, explícamelo. Por favor explícame por qué estoy aquí... -dije ahogándome en mis propios sollozos y respondiendo a su agarre con fuerza. Sin soltarme, Ele puso bien la silla que había al lado de mi cama de hospital y se sentó mirando hacia mí.

-Hace tres días fuiste a cenar con Niall y al volver con su coche tuvisteis un accidente. El coche quedó parado en el ancho de la carretera y un coche impactó con vosotros. Al impactar en el lado en el que tú estabas sentada, te causó más daños: has estado en un pequeño coma hasta esta noche. Te han sedado un poco cuando han visto que te estabas empezando a despertar del coma para hacerte las pruebas, pero estás bien. No tienes ningún tipo de daño cerebral. Suponen que tendrás que quedarte un par o tres de días más para que te acabes de recomponer. -me explicó ella con su voz calmada mientras yo dejaba ir lágrimas e intentaba ir recordando todo lo que me explicaba mi mejor amiga.

-¿Y Niall? -pregunté con un nudo en mi garganta.

-Niall está bien, se rompió un ligamento de la rodilla que le habían operado hacía unos meses así que lo han vuelto a operar. Luego podemos ir a verlo. -asentí con la cabeza y le pedí a Ella un abrazo. Con cuidado, y como pudo, me abrazó y me dio un calor que necesitaba desesperadamente en esos momentos. Lloré en su hombro. -Tus padres han venido, pero han tenido que marcharse esta madrugada cuando ya sabían que estabas bien; ya sabes que tienen mucho trabajo, pero me han dicho que te diga que vendrán durante las fiestas de pascua. -me informó. Asentí con la cabeza.

-¿Sabe algo Harry? -le pregunté a Ele mientras me colocaba bien, mirando hacía el techo y perdiendo la mirada en el blanco puro.

-No, ¿quieres que le diga a Louis que lo avise? -me preguntó Ele. Dudé un poco antes de responderle.

-No, da igual... Ya no somos nada, ¿no? -le dije un poco apenada. Me miró con compasión y volvió a apretar mi mano con cariño para confortarme; o intentándolo.

Al cabo de más o menos una hora vino Louis y, juntamente con sus bromas, me animó un poco y me sacó durante un rato de mis pensamientos. A la hora de comer me trajeron la comida la cual comí con mucha pasión a pesar de la mala fama que tienen los hospitales con el tema de la comida; pero es que hacía tres días que no comía. Después de comer vino a visitarme la señora Stephens; un gesto que no me esperaba para nada por su parte. Me trajo un bonito ramo de rosas blancas y negras que pensó que eran ideales pues simbolizaban los colores del piano; la verdad es que me hizo mucha ilusión. Pasamos un poco más de una hora charlando. Ele y Louis volvieron y allí sobre las siete y media, después de comer la cena, con ya no tanta pasión, Louis se marchó a su apartamento y Ele se quedó conmigo.

Le Quattro Stagioni #Wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora