Harry me cogió de la mano para guiarme hasta la puerta de la habitación de enfrente. Había un pequeño cartelito donde había escrito "Hazza" con letras gruesas de color azul marino. Sonreí ante tal detalle imaginándome a un pequeño Harry escribiendo ese cartel y colgándolo de su pared con ilusión.
-Espero que no haya cambiado nada. -dijo dándose esperanzas. Suspiró y giró el pomo hacia la izquierda, abriendo la puerta. Dio un suspiro de alivio, relajando su cuerpo. Por su reacción, la habitación estaba intacta. Era de color azul cielo, de un tamaño similar a la de Gemma. Su cama era también de matrimonio; tenía una mesita de noche al lado derecho de la cama y un escritorio al final de la habitación. Al lado de la puerta de entrada tenía un armario empotrado. En la pared tenía un calendario que marcaba marzo de dos mil dieciséis rodeado de decenas de imágenes suyas, de bosques, de ojos, de gatos, de perros, de chicas, de mujeres, de hombres, de chicos, en blanco y negro, en sepia, a todo color, con grano, sin grano, nuevas, antiguas, reveladas e instantáneas. Toda la pared de su escritorio estaba cubierta con cientos de imágenes. Mientras intentaba mirar cada una de ellas, Harry se sentó en su cama para contemplar la única imagen que no estaba entre todas las que yo estaba observando; para contemplar una imagen que tenía enmarcada y que cogió cuidadosamente de encima su mesita de noche. El marco se veía pequeño en sus grandes manos; pasó el pulgar derecho por encima el cristal que cubría la fotografía. Me acerqué lentamente a él y me senté a su lado en la cama, provocando que el colchón se inundara un poco. Apoyé mi cabeza en su hombro para ver la fotografía.
-Es Anne; -dijo pasando el pulgar por encima el rostro de la mujer. -mi madre. -el pequeño de cabello rizado era obviamente él. La mujer, Anne, tenía el cabello largo y lacio, de un intenso negro. Ambos tenían un gran parecido físicamente a excepción de su cabello.
-Era realmente hermosa. -dije. Y tanto que lo era.
-Por dentro también. -dijo volviendo a dejar la fotografía en su lugar inicial.
-No lo dudo. -dije, provocando que me mirara con ojos tristes. Pasó su brazo por mi espalda y me acercó a él, haciendo que sintiera su calor y amor. -Te quiero Harry.
-Yo también te quiero, Jamie. -sonreí y me quedé mirando la estantería que tenía delante. Había discos y vinilos; también algunos libros.
-¿Tienes un tocadiscos? -le pregunté curiosa.
-Sí, supongo que aún estará en mi armario. -me levanté para mirar más de cerca los vinilos que tenía en la estantería. La mayoría de ellos eran de artistas que no conocía, pero la vista se centró en uno en particular.
-¡Marvin Gaye! -dije emocionada, cogiéndolo -Mis padres siempre lo escuchaban... -dije un poco nostálgica.
-¿Quieres que lo pongamos? -me preguntó con media sonrisa.
-¡Sí! -le respondí entusiasmada. Harry se levantó y se dirigió hacía el armario para coger el aparato para reproducir el disco. Era grande y un poco retro.
-Espera un momento, vamos a crear mi verdadero regalo de cumpleaños. -dijo feliz y escabulléndose hacia la habitación que nos habían asignado. Esperé unos minutos ansiosa mientras miraba las fotos de su pared que no había podido observar. Harry volvió a aparecer con la cámara que le había regalado y una camiseta suya de color blanco. Lo miré frunciendo el ceño y levantando una ceja.
-¿Qué quieres hacer con esto? -pregunté curiosas y asustada ante su repentina y, seguramente, descabellada idea.
-Ponte esto. -me alargó la camiseta de color blanco. La estiré enfrente mío; llevaba un pequeño bordado de color negro en el pecho donde ponía "Psyco" -Sólo esto y tus bragas. -lo miré extrañada.
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Le Quattro Stagioni #Wattys2019
FanficCuando la danza y la música se mezclan, crean maravillas. En el caso de Jamie y Harry, se crea un desastre; un desastre maravilloso. NOTA: A pesar de que algunos de los personajes estén inspirados en celebridades, no tienen nada que ver con la re...