Capitulo 1 - Editado.

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"A quien va usted a creer, ¿A mí, o a sus propios ojos?" — Groucho Marx


La música de los altavoces a todo volumen se filtraba por mis oídos. Parecíamos atunes enlatados. No imginé que tantas personas vinieran a la primera fiesta del jueves liberal. A decir verdad, pensé que nadie de Holly Hulik o instituto, como prefería llamarle, viniera. Me siento ingenua, por supuesto que vendrían y más las porristas, buscando cualquier oportunidad con algún universitario que estuviera caliente. Solo había aceptado venir por cierta amiga insistente a quien su madre al nacer llamo Catalina Colorado. Chica insistente y terca de 16 años de edad, que solo para que constará, era menor que yo. No es que eso la alegrará, porque era como su protectora, según su madre. Algo como ''¿Puedo ir al cine?'' y su madre contestaba siempre ''¿Va Clara contigo?'', así que, después de que Cata me rogara por décima primera vez en el día de ayer, había decidido venir. No había nada peor en el mundo que tener a Catalina Colorado molesta contigo, bueno. Quizás si, yo, molesta contigo.

Apreto la mano de Cata con esperanza de que se acordara que venía con ella y no me abandonara en esta fiesta tan grande. Barro con mi vista todo el lugar, observando a las personas moverse de aquí para allá con bebidas. Chicas tratando de ligar con chicos y viceversa. Chicas bailando, o lo que yo le llamaba Sex Public, todo era tan Catalina. Nada que ver conmigo.

¿Eso de que Cata no se olvidaría de mí, según ella? Ignórenlo. Catalina ya se olvidó que estaba aquí. Cuando te encuentre Catalina Colorado, te diré unas cuantas cositas para nada agradables.

Dando codazos y murmurando un "Disculpe" y "Permiso" que quizá ni escuchen por la alta música sonando, me abro paso entre la multitud hasta la barra que estaba gratis siempre a las mujeres. Bendito seas creador, algo bueno en todo esto.

—Una piña colada —grito para oírme por encima de la música. El barman me sonrió y comenzó a preparar mi bebida, luego me la dio con un guiño.

— ¿Sola? —preguntó. Frunzo el ceño al extraño ¿Porque siempre preguntaban eso? ¿Acaso era muy obvio que mi mejor amiga me abandonó en esta fiesta? ¿Me veía tan patética? Le lanzo una mirada que podría cortar hielo y me alejo de su campo de visión.

Tomo un trago y siento el líquido bajar por mi garganta, freso y picante. Una canción conocida comenzó a sonar por los altavoces y mi cuerpo se comenzó a contonear sin mi control. ¿Debería ir a bailarla? ¿O sería muy patético bailar sola? Más patética no puedo estar, eso lo tengo claro pero... ¡Al Diablo!

Luego de regañarme e imponerme ir hasta el centro de la pista, me encamino hasta allá. Dando empujones y sin murmurar disculpas llegue hasta esta. Si, pues, soy una malota. Tomo otro trago y comienzo a contonearme por la pista de baile al ritmo lento pero un poco roquero. Tormenta de Arena, amaba esa canción. Doy una vuelta y tomo otro trago. Sigo contoneándome de un lado a otro. Me agacho lentamente y levanto las manos derramando un poco del líquido de mí bebida en mis tacones, sin importarme comienzo a tararear...

Todo lo que siento por ti... Solo sabría decirlo así... —murmuro. Me agacho y muevo las manos al ritmo de la canción mientras sigo tarareándola— y cuando llega el nuevo día... Me juras que cambiarías... Pero vuelves a caer...—canto. Doy una vuelta sobre mi eje y sonrio a la nada. Tomo otro trago y sigo moviéndome. Por primera vez en semanas me siento viva, sin temores, sin vergüenza. Ese es el poder d ela música. — te dolerá todo el cuerpo... Me buscaras en el infierno... Porque soy igual que tú...— murmuro. Abro los ojos de golpe y paro de tararear al sentir una extraña sensación de ser observada. Recorro los rostros de las personas presentes—que eran muchas—pero nadie me observaba directamente. Siento unas ganas de correr, gritar, una adrenalina me recorrió el cuerpo y junto con ella, confusión. ¿Por qué me sentía así? un escalofrió me sacó de mis pensamientos. Observo el lugar por tercera vez y todo pareció detenerse un segundo, se movía en cámara lenta. ¿Eso era siquiera posible? ¿O alguien me puso algo en la bebida? fue el Barman. Fue el único que manipulo mi bebida antes que yo. ¡Rayos!

Delirio [SIN CORREGIR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora