Capitulo 6 - Editado.

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Nos echaron de la discoteca media hora después que salí del baño, al parecer, romperle la nariz a alguien es inapropiado aun si te dio motivos. Es decir ¡Me piso! Y por no decir más, me empujo. Las chicas luego de eso se pusieron fastidiosas, me decían que ellas conducían, es decir ¡No señor! Yo las traje y yo las llevo, siempre es así, esta vez no cambiara, además no tome mucho, ellas en cambio…

Ganada mi batalla de quien lleva a quien a donde. Nos montamos en el carro y conduje de vuelta a mi casa, estas niñas no se pueden presentar a sus madres así.

Me detuve en un semáforo a la entrada del pueblo, por costumbre. Vacile y puse en marcha el carro otra vez, nadie esta a esta hora fuera de sus casa, al menos nadie mayor de edad. Pero al mirar al frente me quede muy sorprendida. Sacudí mi cabeza y ya no había nadie. Decidí olvidarlo, estoy borracha no tengo credibilidad.

Estacione lo mas derecha que pude frente a mi edificio y todas salimos del carro. Puse seguro a este y entramos a la torre frente a nosotras. Subimos ‘‘Silenciosas’’ a mi casa. Al llegar cerré con llave y me tambalee hasta mi habitación y caí en la cama, me quite los zapatos con mis talones y me arrope con la sabana y luego todo se volvió negro.

Abrí mis ojos perezosamente y di un gran bostezo. Me olía a comida y eso era bueno, mi estomago rugía como un león. Me levante de la cama y arrastrando los pies seguí el olor. Entre y me encontré con Cob haciendo el desayuno.

—Ya te levantaste, tus amigas ya se fueron, estaban peor que tu, además, tenían que ir por sus útiles. Sera mejor que comas no te da tiempo de bañarte y eso es una lástima porque hueles a perro mojado —dice burlón. Le di una rápida sonrisa fría y fui a mi cuarto a vestirme. Luego de vestirme apresuradamente, me cepille y luego comí unas tostadas y corrí al auto.

Estacione el auto y corrí hasta la puerta, llagaba 20 minutos tarde. La puerta la estaban cerrando. Maldición. Me concentre en correr más rápido y así lo hice. Pero fue muy impresionante, un segundo estaba a metros de la entrada y al otro estaba en la puerta sosteniéndola para pasar. El portero me miró sorprendido, preguntándose seguro de donde salí, lo mire a los ojos y hable claramente.

—No vio lo que cree que vio —dije y quite mi mano de la puerta. Seguí corriendo hasta el salón, solo que esta vez no me concentre tanto. No quería que alguien viera mi nueva forma de moverme que ni yo misma entendía, pero no quería que anden llamándome ‘‘rara’’ o ‘‘fenómeno’’ por eso. Asique decidí no abrir esa puerta, me encargaría de ello más tarde, ahora necesito llegar a clases, como una persona normal. Si es posible.

Cuando por fin llegue al salón ya estaban saliendo de clases. Maldije mentalmente y entre al salón, la profesora todavía seguía allí, tal vez si le hago unos trucos… si tienes algo úsalo ¿no es lo que dicen? me acerque a ella.

—Hola, profe —dije alegremente. Ella levanto la mirada y me miro seria.

—No te vi en la clase.

—Bueno, habían muchos alumnos, las caras se confunden, ya sabe…

—Faltaste a clase. Tus calificaciones en esta materia no son  muy buenas Srta. Lorginerth —dijo seria. Rodé los ojos. Maldita detallista.

— Lorgirteh, es Lorgirteh —corregi irritada. Ella hizo un ademan con las manos.

—Es lo mismo.

— ¿Cómo dice que falte a clases si ni mi apellido se sabe? —contraataco.

—Las caras no se me olvidan —replicó. Maldije mentalmente, esta señora es difícil. Respire hondo y la mire a los ojos con una sonrisa. Entonces dije mentalmente:

Delirio [SIN CORREGIR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora