Capitulo 23

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—Estás diciendo —comienzo— ¿que soy una especie que tiene 20 años extinta? —me burle.

— ¿Cuántos años tienes, Clara? —pregunto.

— ¿18? —Dije dudosa— no sé en qué mes o día estamos, ni siquiera se el año, así que…no sé si ya cumplí los 18 o no —Julian estaba mirando a un punto fijo en la pared, casi sin pestañar. Aplaudí frente a su cara y parpadeo unas cuantas veces antes de mirarme.

—Estaban ocultos, todos están ocultos —murmuro— puede que hayan otros.

—Julian, no sé si lo soy, eso es lo que dice Kler.

—A ver, di “Si” o “No” si algo de lo que te diré te sucedió o no —dijo. Parpadee un poco pero asentí— ¿Conducta adecuada?

— ¿Cómo adecuada?             

—Sin problemas, haciendo todo lo que se te ordenaba…—dejo la frase incompleta mirándome mientras levantaba las cejas.

—No… la mayor parte del tiempo, si. Pero tenía mis días de “rebeldía” así que, no. Mi conducta no era “ejemplar” y eso.

—Eso es un “si” a esta pregunta y a la que estaba por preguntar.

— ¿Cuál era?

—Si tenías desequilibrios.

— ¿Desequilibrio? ¿Me estás diciendo emocionalmente inestable? —pregunte ofendida.

—No eres tú, es cosa de los faes, es normal —tranquilizo— ¿Todos te hacían caso? —pregunto. Mire al techo penando… no todos me hacían caso. Pero siempre que quería algo y lloraba… bueno, lo conseguía.

—Algunas veces, cuando lloraba.

— ¿Peleaste con alguien?

—Sí.

— ¿Por qué?

—Estaba molestando a una chica —recordé— así que la defendí. Fue en quinto grado, si no recuerdo mal.

—Y aquí, has matado a cinco hombres… ¿Cómo lo hiciste y porque? —pregunto ansioso. No quería responder. El dijo que no sería algo como un psicólogo, pero esto se está pareciendo mucho a eso. Tome aire y lo solté, molesta. Abrí mi boca para responder, pero la puerta se abrió, dejando a la vista a los guardias. Julian los miro atónito. Sentimientos de miedo y nerviosismo me golpeo. Pero no eran míos, eran de Julian. No sabía exactamente que le daba miedo. Aunque, claro. Todos en su sano juicio le temen a este lugar.

— ¿Listo? —Pregunto un guardia, era bajo, per robusto y su mirada era asesina— ya llevan mucho tiempo, nos preocupaba que terminara muerto.

—Tratare de no ofenderme —dije sin ningún sentimiento encontrado. Me levante y le di la sangre a Julian— tome, tome. Pero conste que se la devolví —dije burlona y me reí. Julian se veía aliviado y sorprendido. Con que eso le molestaba. Supongo que pensaba que si los guardias se enteraban que estuvo hablando conmigo y no hizo su trabajo le iría mal, pero, probablemente, le iría mal. Los guardias me escoltaron hasta la puerta, pero antes de salir, le guiñe un ojo a Julian y salí al pasillo.

Pensaba que los guardias me llevarían a mi habitación o a la de castigo, deseaba que lo hicieran, así podría pensar en toda la información que eh conseguido hoy. Me está martilleando en la cabeza, rondando y amenaza con volverme loca. Pero no, la suerte no está conmigo, nunca está conmigo. Los guardias me llevaron al patio y esta vez, al menos no me empujaron tan fuerte.

—Trata de no matar a nadie —se burlo uno de ellos. Me gire y le saque el dedo del medio.

—Cuando mate a alguien, me asegurare de que seas tú, idiota —contraataque. El gruño y el ascensor se cerró en mi cara. Suspire frustrada y me gire. Nadie se dio cuenta de mi, seguro ya ni se acordaban de mi episodio. Cosa que agradecía, no quería a gente por allí susurrando cosas cuando pase o dándome una segunda y tercera miradita. Me fui a mi “esquina” y me permití pensar en todo la información que tenía hasta ahora.

Delirio [SIN CORREGIR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora