Capitulo 27

1.4K 94 6
                                    

—No podrás librarte de mí —dijo y una sonrisa sincera se apodera de mi cara, dividiéndola en dos. Las lágrimas picas detrás de mis ojos, y por primera vez, en años. Me dejo consolar por un extraño —Shh, no llores. — Zec me abraza y nos quedamos así, por minutos o quién sabe si más. Mis parpados se comienzan a cerrar, hasta que no puedo mantenerme consiente y caígo dormida.

—Bebe — dijo simplemente, como si fuera muy casual del mundo. Puse mis ojos en blanco. ¿Me está pidiendo que le chupe la sangre…otra vez?

—Zec. No. La última vez que lo hice casi te mate, no quiero correr ese riesgo, no.

—Te detuviste.

—No por mucho.

—Vamos, lo necesitas. Conmigo te detendrás pero ¿con un humano normal lo harás? No. Luego te sentirás culpable y eso es peor —replico. Mi mente daba vueltas, mi estómago gruñe. Mi boca está acumulando saliva rápidamente. Ansiedad, siento ansiedad. Cierro los ojos, esto no puede estar pasando, no puedo volver a lastimar a Zec. No me lo perdonaría— vamos Clara, no pasara nada. Si digo que es un honor ayudarte ¿te sentirías mejor? —sin poder evitarlo mi rostro suelta una débil sonrisa. Cierro los  ojos y asiento. Cuando los abro, lo miro lleno de hambre, lleno de deseo por su sangre. Siento que me consume la ansiedad y la anticipación por tener su sangre corriendo por mi boca, por saborearla. Pude ver signo de terror en sus ojos, miedo de que no pare. pero antes de que pueda detenerme, mis colmillos salen, dolorosamente, alargándose hasta tener el tamaño perfecto, adecuado. Siento mis mejillas arder y la visión me cambia. Solo veo a un chico con sangre corriendo por sus venas. Sin pedir permiso, sin previo aviso, me inclino y clavo mis colmillos en su cuello, justo por encima de su yugular y succiono. La explosión de sabores no tarda en llegar a mi boca, ese delicioso liquido del cual me eh obsesionado. Pongo una de mis manos en su hombro y la otra agarra fuertemente su cabello para que su cuello quede a mi mejor disposición y se me haga más fácil beber. Mantengo mis ojos cerrados para concentrarme en solo dos cosas: succionar y disfrutar. Entonces me golpea. Estoy alimentándome de Zec. No puedo pasarme. Abruptamente me separo de él jadeando. Él está sonriendo, entonces me detuve a tiempo, no lo deje moribundo como la última vez.

—Te detuviste  —susurro él. Le di una sonrisa frágil.

—si, al parecer no quiero hacerte daño. Suertudo.

—Estas sudando. Respiras agitada —dijo. El me mira significativamente. Se lo que significa, él sabe lo que significa. Tengo hambre. Pero si lo digo es capaz que todos se pongan otra vez “golpeen a Clara” y esta vez no tendré paciencia o control, que es peor. Todos me miran, ahora. Gracias Zec.

—Me siento mal. Me duele el cuerpo y estoy haciendo un gran esfuerzo estando aquí ya que me duele la cabeza ¿Qué más me podría pasar?

—Podrías tener hambre —reflexiona Eduardo. Lo fulmino con la mirada.

—Me largo. Vámonos Abril.

— ¿A dónde vas, eh? ¿A desayunarte a tu amiguita? —pregunto sarcástico Eduardo. Este chico la está buscando. Me vuelvo hasta él y corro vampíricamente hasta estar frente a él.

—Me duele todo el cuerpo, tengo dolor de cabeza y tengo hambre y no sé si es de comida humana o sangre asique te pido que dejes de molestarme si no quieres que averigüe de que tengo hambre en ti —le gruño. Él pone su boca en una fina línea. Retrocedo y sigo caminando. Entonces me doy cuenta que Abril no camina conmigo. Me giro y ella está quieta, solo mirándome — ¿Qué pasa?

—Creo que será mejor que me quede aquí. Te veré después —dice. Mi corazón cae en picado. ¿Me tiene miedo?

— ¿Por qué? —pregunto, tratando de ocultar mi dolor. Ella traga notoriamente. No trates de ser disimulada Abril. Te conozco, no lo eres.

Delirio [SIN CORREGIR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora