Delirio [SIN CORREGIR]

Capitulo 31 (Capitulo Final)

Abrí mis ojos aturdido y confundido. ¿Donde estaba? Pero entonces todo volvió como una bala. Mire a mi alrededor y contuve el aliento. Mucha sangre, muchos cuerpos. No se que estoy haciendo aquí, pensé que Kler me había cortado el cuello con un cuchillo lleno de acónito. Kler. Busque en los cuerpos y lo encontré, el suyo entre la multitud. Me sentí feliz. El hombre, no, la bestia que había arruinado mi vida se encontraba muerto, por fin. Pero eso no resolvía nada, no arreglaba nada. Todos los años de tortura y sufrimiento, todas las lagrimas y gritos no se desaparecían de la noche a la mañana. Tampoco lo haría el hecho de que mato a mi familia. Todavía recuerdo sus caras cuando las flechas llenas de acónito se les clavo en el corazón. A mi madre gritándome que me escondiera. A mi padre gritado y oliendo al enemigo. A mi hermana en el suelo, con otra flecha en la frente. Y a mi escabullendome en el bosque, dejándolos solos por ordenes de mi madre. Me arrepiento de ese día. Si hubiera peleado, quizás estaría muerto. Pero con mi familia, y moriría con honor. Ahora estoy vivo, pero soy un cobarde, estoy deshonrado. Por eso tengo que sacar a los sobrenaturales de San Juan de Dios, tengo que poder hacer algo bien por primera vez en mi miserable vida. Es por eso que tengo que encontrar a Clara.

Clara. Su nombre cayó sobre mí y recordé que antes de desmayarme, ellos la tenían capturada. Me levante abruptamente y escanee a mi alrededor. Mi corazón se salto un latido. Clara estaba en el piso, junto a un charco de sangre. Mi sangre, recordé. Caí de rodillas y escuche el latido de su corazón. Allí estaba, débil, pero estaba.

—Oh, Clara ¿Qué hiciste? —gemí. Recordé como Maia me dijo que Clara la había revivido. Me reí en el momento, pero ahora estaba dudando. No, no me cabía la menor duda. Yo morí hoy, y Clara Lorgirteh me salvo. MI Clara me salvo, no ella no es mía. Ella rechazo ser mi compañera. Me siento terrible. ¿La abre presionado mucho? Por supuesto. Fue algo fuera de lugar, quizás si no le hubiera dicho, ella no hubiera cambiado su forma de pensar hacia a mi.

No debí de decirle nada, eso era problema mio. Clara comenzó el beso, pero yo no hice nada para detenerla, aun cuando vi sus intensiones. Me sentí feliz cuando ella me beso, me deje llevar hasta que recordé. Sus labios son suaves como el pétalo de una rosa, y su sabor es adictivo. Podría besarla todo el dia. Pero no, porque Clara no era mia. Objeción, Clara era mia. Aun si ella lo sabia o lo aceptara. Me quedaría con ella asi me quiera o no, ojala y me quiera. De alguna manera. Estare en su vida de cualquier manera que pueda. Ya no puedo mantenerme alejado de ella, no después de que me salvara la vida. Quiza sea el vinculo, o no. Pero se que no puedo estar alejado mucho mas de Clara, y por Dios que no lo estaré.

Mire a Clara. Se veía tan frágil, tan lejos de este mundo, pero estaba viva. Moreteada y ensangrentada, pero viva. La levante lentamente, tratando de que no se lastimara, aunque ella no sintiera dolor por estar desmayada no quería maltratarla, quizás solo estaba muy cansada y no podía abrir los ojos. Tenia que sacarla de este lugar, ella ya hecho mucho por mí. Mato a Kler, nuestro mayor enemigo. Ya nada nos impide salir de aquí, algunos guardias. Pero no son problemas, no para mi, y no para salvar a Clara. Salí al pasillo y escuche, pasos. Alguien venia corriendo y jadeando. Me tense. Apreté a Clara contra mi pecho y comencé a sacar mi lobo. Un paso que de en esta dirección y le arrancare la cabeza. Sentí mis músculos contraerse y cambiar, dolía, pero era un dolor familiar y reconfortante.

Entonces la olí, Maia.

Sonrei y camine a su encuentro. Maia me vio primero al encontrarnos unos pasos después. Luego vio a Clara. Sus ojos se llenaron de lágrimas y corrió como alma que lleva al diablo a donde me encontraba. Sabia como se sentía, me sentí igual cuando vi a Clara, pero al escuchar su latido me tranquilice. Al menos un poco. Negué con la cabeza.

—Sigue viva, esta débil, pero esta viva —informe. Maia sorbió por la nariz todos los mocos que estaba soltando, y sonrio con alivio.

— ¿Qué le paso? —Pregunto preocupada— cuando la vi por ultima vez no estaba tan mal —sollozo.