Capitulo 8

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Siento que mis colmillos vuelven a su tamaño normal, que mi cara deja de arder con excitación y que mis ojos se sienten normales.

Paso de la más grande emoción de mi vida a la más grande angustia de mi vida.

Me arrodillo junto a él y tomo su pulso, lo tiene, leve pero lo tiene. Mentalmente le agradezco a dios. Le abro los ojos y veo que su brillo de persona viva resplandece, aunque muy tenues, casi extinto, pero tengo que asegurarme que este bien. Quizá si utilizo la persuasión se ponga bien. Pero antes de que pueda siquiera utilizarla escucho un grito ahogado, me vuelvo y miro a una chica rubia de pie en la puerta trasera del bar. Esta comienza a llorar y me aparta de un empujón, mi corazón late rápidamente, me siento culpable. La chica se vuelve y me mira con sus ojos, con una mirada que dice: «Culpable» aunque ¿Quién podría culparla? Es la verdad.

— ¿Qué le hiciste? —me grita. — ¡Asesina! —solloza.

—Yo…yo… —Las palabras no me salen, ella ve el mordisco en su nuca y abrí los ojos, parece que le salieran luego me mira con más furia y terror a la vez.

—MOSTRUO!! —Me grita. Tiene las manos manchadas de sangre y siento que la ansiedad por la sangre vuelve, pero trato de apartarla no es el momento. Ella trata de pararlo peor no tiene suficiente fuerza. Trato de ayudarla pero me grita: — ¡Aléjate de él!! ¡Monstruo! ¡Asesina! ¡Fenómeno!! ¡Vete!! —siento las lagrimas picar detrás de mis ojos y trato de no llorar, de retenerlas.

— ¿Qué es este alboroto? —Pregunta alguien, me vuelvo y es Scott quien esta caminando curioso hasta la chica, luego la mira, mira a el chico y la mordida y me mira a mí. No sabiendo que hacer bajo la mirada — vaya, esto es sorprendente. Asique ¿eres? —Me pregunta, sin poder verlo asiento lentamente — primeriza — suspira y va con la chica que grita histérica, la mira a los ojos y la persuade, luego ella se va dejándome con mi culpa, me siento culpable porque me gusto, y no me arrepiento, que es lo peor.

—Yo…siento…yo…el borracho…no pude controlarme…—Tartamudeaba cosas sin sentido, preferí callarme. Aunque el pareció entenderlo, recogió al chico y me hizo una seña para que lo acompañara, fui con él, pero el corrió vampírico y yo hice lo mismo, me llevo a un puente, le partió la cabeza al chico y lanzo el cuerpo al agua, la cabeza la quemo. Estaba horrorizada. Scott me explica que así borramos nuestras huellas, asilos humanos no se enteraban de nuestra existencia, o al menos que existimos de verdad, que andamos por allí mordiendo a personas. Luego de eso nos vamos al bosque donde me encontró la otra vez.

Estábamos ya dentro y nos detuvimos para caminar en paso «normal» la palabra suena tan ridícula y lejos ahora. El comenzó con las preguntas.

— ¿Y cuando te convertiste? —Me pregunta.

—No lo sé —el frunce el ceño.

— ¿Cómo no vas a saber? Es algo muy notorio, quiero decir, mordemos para dar nuestra sangre, no adsorbemos si no que escupimos la sangre por así decirlo. Luego te matan y tú revives convertida en vampiro ¿lindo no? — hizo una risa amarga. —Asique ¿Cuándo te convirtieron?

—Creo que hace un mes o dos —contesto dudosa.

— ¿Crees?

—Sí, es que esta en una fiesta y…—mi voz se apaga, la recuerdo, recuerdo la fiesta, recuerdo a un chico de pelo negro salvarme de un vampiro, aunque él era otro vampiro ¡Me salvo! Y luego una chica también y luego yo…Queme a un Vampiro! ¿Por qué había olvidado todo esto? Le conté a Scott toda la historia, que me mordió pero no me di cuenta hasta la mañana siguiente, el me miraba callado pero tenía el ceño fruncido. Le conté sobre los dolores de cabeza, sobre el mal humor, sobre los desmayos, sobre como persuadía y toda la historia, el escuchaba atento, al terminar soltó el aire.

Delirio [SIN CORREGIR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora