Delirio [SIN CORREGIR]

Capitulo 20

El sol ya se había ocultado hace rato, dejándome en la penumbra. Hace 2 días que escribí el mensaje a Kler y todavía no tenia respuesta. Estoy empezando a sentirme un poco estúpida por creer que eso funcionaria. No es como si yo fuera la reina de los planes estratégicos y todo eso. Soy más de —en el momento— sip, esa soy yo.

Me había estado alimentando de sangre animal cuando me interne en el bosque, después de que se me acabaran las frutas que robe antes de salir del pueblo. También me alimente de 3 humanos para no herirlos, antes de entrar al bosque. Pero se me acabaron muy rápido los suministros. Entonces, tampoco soy muy buena ahorrando la comida o acampando. El bosque no es lo mío, soy más civilización y todo eso.

En la última semana y media que eh estado aquí eh pensado mucho en Cristina, Dimnus y Zec. ¿Cristina estará viva? ¿O ah estado muerta por ya mucho tiempo? ¿Cómo estarán Dimnus y Zec? ¿Ya se habrán dado cuenta que no busque a Liona? Por supuesto que lo hicieron. Ellos son muy inteligentes. Me permití pensar en Lucas. ¿Por qué me molesto, no, hirió que se acostara con Liona? ¿Por qué lo amo? No. No creo que me haya “herido” en el mal plan. Creo que fue el shock del momento y que en esos días que Liona llevaba allí yo era como invisible para todos. Esta bien, no me gusta ser el centro de atención siempre, pero un poco de reconocimiento ¿no?

Un ruido extraño me alerto. Eran pasos dados muy cuidadosamente en mi dirección desde la izquierda. Me levante abruptamente. ¿Podría ser Kler? Pero vamos ¿Por qué el trataría de ser sigiloso? Eso no tiene sentido, pero allí vamos otra vez. Nada de lo que hace Kler tiene sentido. Antes de poder siquiera pestañear. Alguien me rodeo por la espalda y me tumbo al piso. ¿Qué mier…

—Calma, Clara, soy yo…—susurro una voz familiar en mi oído. Maldije mentalmente y me zafe de su débil agarre. Me volví furiosamente contra Zec.

— ¿Qué crees que estás haciendo aquí, eh? —le grite. Entonces Dimnus salió del bosque, seguido por Eduardo —que no se veía muy feliz— le siguió Robert, quien me extraño que estuviera aquí. El estaba en un viaje no se adonde, ya que pidió amablemente no me dijeran, idiota. Lucas, Gabriel y Taylor siguieron. Me tense al ver a mis viejos amigos vampiros. Liona era la última, venía arrastrando los pies y tenía una sonrisa tímida en sus labios. Aparte la mirada y la clave en Dimnus— mejor dicho ¿Qué están haciendo todos aquí?

—Nos mentiste. Dijiste que buscaría a Liona y no lo hiciste, aunque no sé que me sorprende, es lo mínimo que podrías hacer, si no, no serias Clara —negó con la cabeza.

—Váyanse, ahora.

— ¿Sabes cuánto caminamos y corrimos para llegar hasta aquí? —Se quejo Ed— ahora no jodas con que nos tenemos que regresar.

—Tuve que regresar de mi vieja lo antes posible —informo Robert.

—Nunca te pedí que lo hicieras. Harán que los maten a todos, par de imbéciles.

—Y tu harás que te maten —contraataco Zec.

—Y ese no es tu problema —le grite. ¿Es que no pueden ver que harán que los maten? ¿A todos? Rogué para que Kler no se apareciera hoy.

—No te dejare, Clara. Digas lo que digas —dijo firmemente Dimnus seguidos por un coro de aprobación. Apreté mis puños tan fuerte que mis uñas se clavaron en mi palma. Sin dar una segunda mirada me deje caer en el árbol donde anteriormente estaba sentada. Puse mi cabeza apoyada en mis rodillas y no hable con nadie por más que ellos lo intentaron. Por fin dejaron de intentar y solo andaban alrededor vigilándome.

Estaba tan molesta y a la vez alagada. Yo podría jurar que los únicos a quien le importaba eran Dimnus y Zec pero no, aquí están todos por mí. Aunque Ed no se veía muy feliz y Robert tampoco pero ¿Qué más da? Están aquí. Me hace sentirme un poco estúpida por mi manera de llevar las cosas de Lucas y Liona, es decir ¿Por qué no acepte su relación? Si ellos querían follarse hasta el cansancio es problema suyo. Pero comprendí, muy tarde que tenía miedo. Miedo a ser olvidada, a ser excluida de sus vidas. Así que prácticamente soy una diosa de la atención, que no puede estar sin ella. Me encanta ser el centro de atención aunque no lo quiera admitir. Repace mi vida y sabía que tenía razón. ¿Cuándo humille a Richard Coppeleny? Una parte de mi lo estaba haciendo por orgullo, pero otra era para humillarlo y que todos me vieran y hablaran de mi. Soy una perra, completamente.