Libre - Steve Rogers

8.Llegada de Coulson

Estacione mi moto frente a el elevador del estacionamiento de la torre, apague, deje el casco en el manubrio y apreté el botón de la caja metálica tan rápido como pude. Espere que las puertas se abrieran y parecía que tardarían una eternidad.

-Rápido porquería – mencione irritada al ver que no se abría – Gracias – ingrese y oprimí el botón de mi piso correspondiente.

Mi pie se movía con impaciencia golpeando el piso bajo mío, todo sería más fácil si mi poder fuera teletransportarme, pero no, solo tenía la fuerza para asesinar, algo que tenía muy presente. Por fin las puertas se abrieron y rápidamente corrí hasta mi oficina, tomando los documentos que se encontraban sobre la mesa, así como mi pluma y nuevamente salí con dirección a la oficina de Tony.

- Buen día – salude ingresando y saludando a los presentes – Siento mucho la demora – me disculpe – No volverá a pasar.

- Tu bono de puntualidad se fue a la basura – comento Tony sínicamente.

- En los años que llevo trabajando contigo no recuerdo una sola vez haber recibido un bono de puntualidad, asistencia o empleada del mes de tu parte – recordé con una sonrisa superior.

- Creí que con el sueldo que ganas te basta y sobra.

- Yo pienso lo mismo de ti todos los días y aquí estas, a punto de tomar la energía del fondo del mar para no pagar más.

- Se llama innovación de ahorro, para el medio ambiente y mis bolsillos, por supuesto – rodé los ojos.

- ¿Dónde está Pepper? – pregunte al no ver a la novia de Tony

- Llegara un poco más tarde de lo esperado, pero ya viene – aseguro el millonario – Dijo que comenzáramos nosotros y ella se unía a la fiesta en cuanto pudiera – asentí.

- En ese caso, manos a la obra.

***

Pepper había llegado hace un par de horas, Tony hacia los últimos ajustes al prototipo. Todos esperábamos que saliera como lo habíamos planeado, los tres trabajamos mucho en este proyecto y que no funcionara como lo planeado sería un total fracaso.

Tony se colocó su armadura y salió con dirección al océano, después de todo, él tenía el trabajo más complicado de todos.

-Iré por los documentos que hacen falta a recepción – le informe a Pepper – Ya vuelvo – la rubia asintió con una cálida sonrisa.

Me dirigí al ascensor, oprimiendo el botón y esperando a que las puertas se abrieran me quedé en mi lugar pacientemente. Una vez abiertas las puertas de metal ingresé a la caja y oprimí el piso de recepción. Le había dejado los documentos el día de ayer a Darla para que sacara las copias necesarias, espero y lo haya hecho.

- Darla, Darla – mencioné molesta al ver los documentos sobre su escritorio – Te dije sobre las copias.

- Ahí está una copiadora – menciono una voz tras de mi – Puedes sacarlas por ti misma.

- Ese no es mi trabajo – acorde - ¿Qué haces aquí? – avance hasta el dejando un beso en su mejilla - ¿Y cómo entraste?

- A mí también me da gusto verte – comento sarcástico.

- Por supuesto que me da gusto verte Coulson – sonreí.

- Y entre por la puerta principal como cualquiera.

- Claro – recordé – El problema de seguridad de la torre. Lo había olvidado. ¿Ocurre algo? – cuestione al recapacitar por qué esta aquí.

- Necesito hablar con Stark y contigo – su cara cambio a una de total seriedad.