Me puse de pie inmediatamente y salí de la pequeña sala de controles y vigilancia. Le hice seña a los guardias de que el hombre había despertado y estuvieran alertas a cualquier cosa, se colocaron en sus respectivas posiciones. Un último vistazo a los hombres que asintieron a mi indicación, tome un respiro de valor sacando el aire en un suspiro y abrí la puerta de aquella pequeña y montada habitación.
-Buenos días – mencione con una sonrisa tan bien fingida que parecía real, cerré la puerta tras de mí y avance unos cuantos pasos hacia – O es la tarde tal vez – me coloque frente a él sosteniendo mis manos al frente de mi cuerpo.
Aquel hombre lucia notablemente confundido, un tanto asustado, muy desorientado, no tan paranoico, pero si alarmado, miraba a su alrededor intentando comprender en donde era que se encontraba y no era para menos, yo también desperté igual o mucho peor que él.
-¿Dónde estamos? – pregunto él dándome una mirada que pedía a gritos la verdad.
Mi cuerpo se puso nervioso ante aquello, no era que me costara mentirle o decirle el dialogo que tenía aprendido desde hace días, pero verlo frente a mí en aquel estado y recordar el cómo lo habíamos encontrado y por todo lo que había pasado me hizo recordar pequeños fragmentos de mi vida y por lo que había pasado, que era tan similar a él. Solo quieres saber la verdad.
- Usted está en un hospital en Nueva York – respondí con un nudo en la garganta, intentando sonar lo más segura posible. El me observo de arriba abajo, observo una vez más hacia afuera de la habitación y todo en ella generando un silencio incomodo, a menos para mí lo era – Mi nombre es Maggie y soy...
- ¿Dónde estamos en serio? – pregunto de manera seria.
- Ya he respondido a esa pregunta – respondí con una sonrisa - ¿No entiendo a donde desea llegar con esto?
- Ese partido – menciono sin quitarme la mirada de encima – Es de Mayo del 41. Lo sé, yo estuve ahí – aquello me tomo por sorpresa eso, no estaba en el libreto que Nick me hizo aprender, tendría que improvisar.
- Están pasando los partidos de las series más importante de los últimos años – respondí como si nada. Aquel hombre se puso de pie de la camilla.
- Te preguntare otra vez – se acercó hasta quedar frente a mí, pero a una distancia considerable - ¿Dónde estamos?
- Tienes que tranquilizarte – asegure tomando todas las precauciones posibles.
- ¿Quién eres tú? – elevo su tono de voz hacia mí.
- Solo te pido que te calmes – di un par de pasos hacia él tratando de tranquilizarlo, pero la puerta fue abierta y el dio un paso hacia atrás – No – les mencione a los uniformados, pero haciendo caso omiso se enfrentaron al rubio que en cuestión de segundos los hizo pedazos – Basta – lo tome del brazo, pero me tiro un golpe que logre esquivar. Le tire una patada al rostro que no golpeo a nada más que al aire y que tomo entre su mano lanzándome a la pequeña cama y haciéndome caer al suelo – Mierda – me queje al ver que escapaba – Código trece – informe por el radio – El individuo escapo. Repito hay un código trece – me puse de pie, pero mi peso cayo – Estúpidos tacones – quité mis zapatos y comencé a perseguir a nuestro invitado – ¡A un lado! – grité llamando la atención de las personas que se encontraban en mi camino - ¡Muévanse! – observe a lo lejos a el hombre y al parecer él a mí, por lo que apresuro el paso – ¡Vayan por las camionetas! – les ordene a los agentes que lo perseguían por igual – Yo me encargo de él – ellos asintieron y retrocedieron dirigiéndose al estacionamiento. Salí por la puerta principal y él se encontraba observando todo a su alrededor, se dio cuenta de mi presencia y emprendió la huida por en medio de la calle entre los vehículos - ¡Ah! – solté un pequeño quejido cuando mis pies tocaron la calle mojada de la poca lluvia que caía - ¡Jodete! – le mostré el dedo a un idiota en su auto que por poco y me atropellaba. Aquel hombre se encontraba de pie en medio del time square mirando todo a su alrededor de manera impresionado – No – le mencione antes que volviera a correr al mírame una vez más – No te voy hacer nada – levante mis manos en son de paz. En cuestión de nada fuimos ambos rodeados por camionetas negras de S.H.I.E.L.D., asustándolo evidentemente – Ellos tampoco te harán nada.
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Libre - Steve Rogers
FanfictionFui educada y entrenada para aniquilar a cualquiera que se interpusiera en el camino. Mi único propósito era terminar con cualquier amenaza y era buena en lo que hacía, siempre cumplí cada orden como una buena y fiel soldado. Pero ¿Un paraíso? No, n...