Epílogo.

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- Hola María - salude a la agente - Vine como habíamos quedado. Favor por favor, vacaciones por un jet.

- Pense que lo habías olvidado - comento y sonreí negando - Gracias por no olvidarlo.

- ¿Cómo podría? Ya lo dije, favor por favor - asegure.

- Llevo mucho deseando unas vacaciones - ella comenzó acomodar algunas de sus cosas en el escritorio -  Las iba a tomar, pero a el Asagardiano se le ocurrió aparecer a buena hora - tome asiento en el sillón que tenia en su oficina - ¿Tu y Steve...? - la mire y ella quito la vista de sus cosas para mirarme.

- Estamos saliendo - comente con una pequeña sonrisa.

- Hasta que te diste una oportunidad - volvió a poner su vista en las cosas de sus manos - Ya era hora. Me alegro por ti. Él sabrá darte estabilidad.

- Eso espero - murmure - No quiero echarlo a perder antes de tiempo.

- Tranquila. Tienes que ser positiva y sacar esos pensamientos de tu cabezota - sonreí divertida - No te llevaran a nada bueno.

- Si, supongo que tienes razón - mencione de manera rendida. 

- Siempre la tengo - aseguro con aires de superioridad. Rodé los ojos y solté un pequeño suspiro.

- ¿Dónde esta, Nick? - pregunte con intriga al no ver al hombre rondando por ahí, de hecho, no lo había visto desde mi llegada.

- Esta hablando con el consejo sobre... - Maria levanto su vista guardando silencio de inmediato al conectar sus ojos con los míos.

-¿Con el consejo? - repetí.

- Ana, no vayas hacer...

- ¿Qué? - interrumpí - ¿Interrumpir aquella charla? Demasiado tarde - me di la vuelta para abrir la puerta y solo escuchar un regaño de parte de Maria diciendo las miles de cosas de siempre.


***

-Hola, lamento la interrupción - mencione abriendo la puerta donde se encontraba Nick con cuatro pantallas en las que se encontraba el consejo - A decir verdad, no lo lamento. 

- Ana - menciono por lo bajo Nick de manera un tanto molesta - Estoy en una junta con el consejo, si pudieras...

- Si lo sé - respondí de manera segura - La agente Hill me lo dijo. ¿Ustedes son el consejo? Diría que es un placer, pero no en estas circunstancias. Soy la agente, Ana Beckinsale, pero supongo que ustedes ya saben eso.

- Señorita - hablo el mayor de ellos - Le pido por favor...

- !No! - sentencie - Ustedes me escuchara, les guste o no. Ustedes saben perfectamente quien soy y de donde vengo. Deben de saber mi historial y hasta mi tipo de sangre y lo entiendo es su trabajo. Comprendo que su trabajo es la seguridad de la humanidad, que hacen lo que creen correcto y mejor para todos, pero lo que no puedo comprender aun es ¿De quien fue la idea de lanzar un misil a la isla de Manhattan cuando en ella había miles de personas, que abarcan desde niños hasta ancianos y animales por igual? Moriría mas de la mitad de la isla a causa de un misil que fue enviado por ustedes. 

-Era la única opción - comento uno de ellos.

- No, no lo era - respondí indignada - Había un grupo de personas que estaba luchando por la vida humana con todo lo que tenía y aun más. Un grupo de personas que había encontrado la solución a el problema, personas que estaban luchando con su alma por cada individuo de esa isla, por poner primero las vidas de los civiles inocentes antes que la suya. Personas que eran inocentes y personas que eran mis amigos. Ustedes solo están sentados en algún lugar de este mundo dando ordenes. Es su trabajo, y lo entiendo, pero para la otra que tomen una decisión como esa, asegúrense de que todos nosotros estemos muertos para ello, no tomen una decisión así hasta no ver al ultimo de nosotros de pie. Sí, tal vez mueran algunos cuantos, pero en una guerra siempre hay bajas inocentes, pero apuesto a que salvaremos más. No les diré cómo hagan su trabajo, pero tampoco permitiré que los que yo amo mueran por una estúpida decisión - ellos no dijeron nada al respecto. Maria llego abriendo la puerta, les di una ultima mirada y me gire saliendo por la puerta donde se encontraba Hill - Supongo que tus vacaciones tendrán que esperar un poco más - le mencione sabiendo que probablemente este suspendida por mi acto de reveldia hasta nuevo aviso. Ella suspiro.

Libre - Steve RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora