Capítulo 20. "Nada va bien"

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BELL

- ¡BELL, DANA ESTÁ EMBARAZADA!

Embarazada.

¡Embarazada!

Por unos segundos quedé en shock. ¿Cómo podía ser que haya quedado embarazada? Llevábamos casi un mes aquí, acaso.. ¿Ha estado jugando a dos bandas?

- Bell, ¿estás bien? - Intentó acercarse a mí, pero me alejé lo suficiente para que no pudiese.

Las lágrimas caían a toda velocidad por mis mejillas, y por las de Dan.

Estúpido gilipollas.

- Déjame - murmuré.

- Bell, escúchame - no hize nada, me dejé caer al suelo y enterré mi cabeza entre mis piernas - Por favor.

Seguí sin hacer algún ruido, si quiere hablar que hablase, que haga lo que le de la gana.

- Yo me enteré la tarde que estábamos aquí juntos. A Dana la conozco desde hace mucho tiempo, demasiado, cuando teníamos diecisiete años tuvimos una relación de cuatro meses, no salió bien por que Dana era una maldita controladora y celosa compulsiva, había días que me montaba una buena por salir de compras con mi hermana, nada más que por ser una chica. Había días que salía con Cam y los demás y no hacía nada más que preguntas que donde estábamos o qué hacíamos. Tan solo tenía diecisiete años y me agobié, ni mi madre me controla así, total, que después de dejarlo seguí con mi vida de mujeriego, ella se obsesionó conmigo, hacía cualquier cosa para llamar mi atención y molestaba a las chicas con las que me acostaba para que no volver a aceptar quedar de nuevo conmigo. - No levanté la cabeza de mis piernas pero escuchaba cada cosa que decía - Unas semanas antes de que vosotras llegáseis fuimos a una fiesta totalmente increíble, había chicos y chicas de cada clase social, pero aún así no puedes ni imaginarte todo lo que se había montado en esa maldita fiesta, drogas, peleas, borrachos, gente con complejo de ninfómanos.. Cuando era lo suficiente tarde para que la gente no supiera ni su nombre, una chica cayó desmayada por la cantidad de alcohol que había tomado, la chica que iba con ella llamó a una ambulancia y con ella vino la policia, tuvimos que salir de allí corriendo, y ahora viene lo confuso, Dana asegura que después de eso ella vino conmigo a casa y lo hicimos - Suspiró hondo y yo apreté los dientes con rabia, esto era demasiado incómodo. - No recuerdo nada, Bell.. Juraría que yo no me tiré.

- Me importa una mierda, tú sabrás donde metes tu miniatura. - Gruñí.

- Bell.. Por favor, aún no he acabado. - Rodó los ojos, estaba segura, y yo volví a mi silencio para oir sus mentiras. - El día que estábamos en casa, ella me lo dijo, pero preferí hablarlo en persona y ella decidió vernos anoche, en la fiesta. Se que no era ni el momento ni el lugar, pero ella lo quiso así. Me contó todo, me hizo intentar recordar algo pero no vay manera, y luego se confesó diciendome que me quiere, y que le diese una oportunidad, por su hijo.

- También es tuyo - Murmuré con la voz molesta.

Apreté mis manos hasta que mis nudillos quedaran blancos reprimiendo las grandísimas ganas que tenía de golpear su estúpida cara.

- Pero Bell, yo quiero estar contigo, no con ella. Quien me gusta eres tú, no ella. Y quien me hace feliz y rabiar a la vez, eres tú también.

- Cállate Dan. Estás siendo un niñato. O quizás lo eres, solo tienes diecinueve putos años y mira donde te has metido, vas a ser padre, vas a tener un hijo, un mundo demasiado grande para tí, ¿no crees? - Cogí aire con rabia - Olvídame y olvídate de cada momento nuestro, tú ahora tienes una nueva vida, hazte cargo de tus actos, a mi ya me has perdido.

Estúpidos y Sensuales Vecinos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora